En 1862 después de Cuaspud los liberales de Quito, en la imposibilidad de operar levantamiento, porque no contaban con armas ni tropas, y ni era hacedera la difusión de ideas elevadas, en un pueblo que apenas había conocido libertad, propusieron quitar la vida al tirano, y al efecto, acudieron a algunos hombres valerosos. Los señores Manuel Gómez de la Torre, Camilo Ponce, Aparicio y Amadeo Rivadeneira, y los Canónigos Pablo Guevara, Nicolás Rivadeneira, Nicolás Rodríguez y Antonio Martínez reunieron en secreto una buena suma de dinero y la pusieron en mano de un zapatero intrépido, que dirigía a un puñado de entusiastas. Estaban comprometidos a matar a García Moreno en el puente del Machangara, el día en que partiese a Guayaquil, viaje que en breve debía realizarse. Abortó esta conjuración, porque el jefe enfermo y murió de gravedad. “Era la fiesta de Cuasimodo, que la Iglesia Ecuatoriana solemniza con asistencia de primera clase: los altos poderes y demás corporaciones esperaban en el palacio de Gobierno, que saliese el Jefe del ejecutivo. El señor García Moreno pregunto si se hallaba ya el reverendo arzobispo en la Metropolitana: contestaron que por impedimento suyo debía pontificar el anciano obispo de Pasto, emigrado de Colombia en Quito; y sin más palabras, mando retirar la asistencia, y dirigió una orden al cabildo Metropolitano, imponiendo una multa de $500 al venerable arzobispo, y protestando no volver a la Metropolitana, en caso de que esa orden no tuviera cumplimiento”.
Conveniente será trascribir una página completa de esta obrita: “impuesta la multa de $500 al anciano arzobispo Riofrío por no haber asistido, a causa de indisposición de salud, a una fiesta religiosa, impuso otra, de igual cantidad, al Dr. Nicolás Rivadeneira, Maestrescuela. En otra festividad, salieron por pocos momentos, del altar mayor a la sacristía, los canónigos de merced Antonio Martínez $500 de multa, cada uno. De orden de quien impuso la multa, esto es, de García Moreno, el colector de diezmos consigno, en el tesoro público, la cantidad a que aquella ascendía.
También fue preso el Dr. Antonio Martínez, canónigo, quien desempeño el cargo de legislador: fue Vicerrector de la Universidad.
Su nombre se halla en el Cedulario de Defunciones de la Catedral de Guayaquil, en el que se sabe que este sacerdote fue español, natural de Mesina, Granada, y que falleció el 23 de mayo de 1844.