Joaquín Mancheno que es mayor de treinta años, que es natural de la villa de Riobamba, y vecino de Latacunga, es casado con Doña Francia Maldonado y Zaldumbide, Hacendado.
La prisión que se halla, habiéndoselo sorprendido en el interior de la montaña, de Intag por las tropas del Rey consecuente al orden del Sr. Comandante Dn. Juan Samano.
Que en los principios de ella 1809 se halló el confesante retirado en una hacienda de la jurisdicción del asiento de Latacunga: Que pasado algún tiempo, esto es de verificada la Junta, vino a esta vecindad en solicitud de correr cierta diligencia, y entonces llamado por los caballeros Montufares a su casa le propusieron admitiese una Capitanía del Batallón que se iba a formar; que se denegó el confesante, expresando que no tenía vocación a la milicia, y habiéndose instado con tenacidad a su admisión significo redondamente el motivo de repulsarla reducido a que no quería mezclarse en aquel asunto porque veía de interlocutores a los mas individuos de los que habían compuesto la Junta del 10 de agosto con cuya razón se separó el confesante y en casa de Doña María Villacis, Carlos Montufar expuso, que el sistema de su Gobierno, no se arreglaría sino lavando sus manos en sangre, y haciendo volar tres o cuatro cabezas, cuyas expresiones las repulsó el confesante significándole que no tenía autoridad para ello, y habiéndole respondido que las tenia, repuso el confesante, que supuesto aquella autoridad principiase de su padre mismo, a lo que combino.
Que era falsa la amistad que se le suponía con el partido del dho. Maruqez de Selva Alegre: que resentido el referido Don Carlos Montúfar de las expresiones que había preferido el confesante él dia y noche antecedente en casa de dha. Doña María Villacís trató de que la Junta lo arraigase al confesante en esta ciudad, con la especie de que estaba resolviendo el Asiento de Tacunga, en unión de Dn. José Ascasubí y avisado de esta operación por un individuo de la Junta, monto el confesante para eludir la orden como de hecho la eludió, encontrando en la calle ya abestía al soldado que traía el pliego de arraigo, expresando que lo devolviese al que lo había dirigido, habiéndose el confesante en derechura encaminado para el Asiento de Tacunga, del que pasado algún tiempo por hostilidades que le hizo el mismo partido de dho. Montufar hasta llegar al extremo de desterrarlo como parecer del papel que presenta tuvo a bien de encaminarse como fugitivo a dha. Ciudad de Pasto de la que solicitaba al prebendado Batallas el estado de las tropas Reales.