Leopulla


Durante los ocho días del placido descanso en Tomebamba los curacas señores de la provincia, Leopulla y Dumma, ofrecieron, sinceramente, su contingente, y el Cacique Chaparra, enemigo acérrimo de los Quitus, facilito a Benalcazar el plano del Reino Shiri, dibujado en delicada tela con todos los sitios estratégicos, los caminos y las diversas entradas y salidas, así como revelo la estadística de las condiciones, numero y clase de guerreros que rodeaban a Rumiñahui; el titán de la resistencia india. En coronación de la entrega cañare, se ajusto solemnemente alianza con la participación de trescientos quereros. No solo combatirían contra los de Quitu sino que limpiarían el terreno de los obstáculos; serian atalayas y espías para denunciar las intenciones, planes y movimientos de la patriótica compactación Quiteña. Al sequito de oficiantes españoles, en grupo perplejo, acompañaban los principales indios curacas cañares con sus vistosos perplejo, acompañaban los principales indios curacas cañares con sus vistosos atavíos, destacándose don Fernando Leopulla, Alcalde-Cacique de caciques, don Juan Dumma, don Luis Chabancayo, cacique de Tarqui. Casi no entendían la lengua de los fundadores. Pedro, ladino indio cañare, hizo de intérprete.