Jiménez Nicolás


Jiménez, sobre todo, que prácticamente tomo el puesto que dejo vacante con su temprana muerte el periodista M.J. Calle.
(1880-1940)
Quiteño, murió en Guayaquil. Su iniciación literaria fue en el campo periodístico, donde suscribía interesantes notas críticas, ya del clasicismo literario como de las más expresivas figuras del pensamiento contemporáneo de ese entonces. En este campo, el seudónimo que empleo fue el de Massena; su libro “Biográfico y Critica”, que suma considerables paginas recoge el pensamiento de todas las publicaciones de periódico que escribió.
No Han visto el tipo de imprenta las siguientes obras: “Estudios de crítica literaria”, “Estudios Históricos” y “estudios varios”.
Su estilo: “el Critico ¡cuántas cosas se encierran en esas dos palabras! ¡Cuánta significación contiene ese calificativo!
Si el poeta el verdadero poeta lirico es el portavoz de su tiempo y da expresión al modo de pensar y sentir de sus contemporáneos, el crítico es el caballero andante y el heraldo de la nueva forma de poesía o de la escuela literaria en boga. Defiende y propaga las modernas teorías; combate contra los enemigos que le salen al encuentro; y esparce a los cuatro vientos, victoriosos y circundados de aureola, los nombres de los poetas que representan las nuevas tendencia”.
Jaime Chaves Granja en su artículo “Arquitectura espiritual de Nicolás Jiménez. De los que saben sentar cátedra y de los que pueden decirnos desde los periódicos, desde el comentario sobre péquelas cosas hasta el análisis de las ultimas concepciones artísticas, científicas y filosóficas. Un día siguiente con ironía fina se refería a los errores de un Ministro de Estado o de un comisario de Policía, para un poco más tarde enseñarnos de que manera se tejían las redes de la política internacional de los muy grandes, y luego presentarnos cuadros costumbristas aleccionadores y denunciar los abusos de la fuerza y salir por los fueros de la razón y el derecho y llevarnos por fin al conocimiento de los genios del pensamiento universal.
En el caso de Jiménez, el periodista se confundió con el ensayista y el crítico a la vez que con el ciudadano que debía opinar en relación con las incontables cuestiones de la vida pública.
No tuvo Jiménez una larga lista de libros publicados; pero su obra intelectual fue inmensa; fue honda y logro las más gratas resonancias, las mismas que no deben desvanecerse ahora sino que necesitan mantenerse porque en definitiva no de otra manera se hace honor y justicia a todos los hombres que tuvieron ese como grave privilegio que es el dolor de pensar” (letras del Ecuador, 1957).
Nicolás Jiménez fue militar y alcanzo el grado de Teniente, y él es la victima del 2 de agosto de 1910, cuando se incendiaba la Catedral, por favorecer, le cayó un palo sobre la cabeza. El que le opero para darle vida, fue el doctor Cevallos al que le decían el “Coto Cevallos”, En el día indicado se celebraban las honras en memoria de los cien años de la terrible masacre, al matar a los próceres de la Independencia los zambos del “Real de lima”. A Nicolás Jiménez le decían “El Caca Buchí”, esto porque de joven se había disfrazado con chistera. Nicolás Jiménez en sus últimos años, pasó ciego a consecuencia de una rotura del cráneo, antes de morir pidió que le entierren en el cementerio de El Tejar y así se cumplió.