En 1796 el administrador de Aduana de Guayaquil, don Antonio Izquierdo Martínez, informaba que aquel año, con motivo de la paz general, hubo la “crecida” entrada de 14 o 16 registros al mar del Sur, “de donde dimano un general aumento de las rentas reales” y que el impuesto de Aduana manifestaba una clara tendencia a elevarse considerablemente cada año, debido al notable auge del comercio por aquella época. a ello contribuyeron también regulaciones y disposiciones locales que complementaban las generales de la metrópoli.