Icaza Jorge

Cuando en 1933 apareció el primer libro de este autor: “Barro de la Sierra”, estaba ya señalado el camino que iba a seguir en todas sus narraciones: una visión amplia del campo ecuatoriano con sus grandezas naturales y sus miserias humanas, escenario de tragedias en las que el indio y el cholo serán siempre sus héroes centrales. “Contrabando” y “rumbo al Sur”, novelas de la ciudad, como antítesis. La novela indigenista americana sobra madurez y Realismo y se aleja de la sensiblería romántica con “Huasipungo”, sin duda el mayor acierto de la obra de Icaza a pesar de sus exageraciones Benjamín Carrión dice de este relato: “Jorge Icaza no ha hecho llorar a nadie. Pero ha hecho tener rabia a mucha gente.
Recuerdo nítidamente la mañana de 1934 en que Cesar Endara me entrego un ejemplar de Huasipungo, con esta dedicatoria del autor: “A Pedro Jorge Vera, el poeta del proletario”. Yo no era poeta ni proletario, pero la inscripción me halago mucho y ante la afirmación de Cesar (“se trata sencillamente al escritor. Fuimos entonces a la Pagaduría Provincial (bajos del Palacio de Carondelet) y conocí de burócrata a quien había de ser el escritor ecuatoriano contemporáneo de más celebridad.
Aunque Icaza ya había publicado otros libros (barro de la Sierra, y un tomo de teatro), la venta de su novela fue una empresa heroica, así era nuestro mercado de libros en esa época. Tuvo alguna crítica favorable dentro del país (principalmente del español Ferrándiz Alborz), pero la repercusión principal se produjo en el extranjero y a los pocos meses Icaza puso estas satisfecho del éxito.