Hurtado de López Ignacio

En 1813 funda con su propio dinero, el Hospital de la Asunción para mujeres, en Guayaquil. Fue uno de los filántropos guayaquileños que merecen el recuerdo por su obra, habiendo sido Presidente de la Junta Conservadora de la Vacuna, de la misma ciudad. En 1749 el Cabildo de Guayaquil, lo nombra médico cirujano, para que atienda en el Hospital de Guayaquil, asignándole un sueldo de 30 pesos mensuales. En 1785 se organizo en Guayaquil la primera Sociedad Medica del Ecuador, siendo uno de los miembros. En el año de 1797 Guayaquil lo tiene como autoridad del Protomedicato, nombrado Teniente de Protomédico. Ejerció en Guayaquil a comienzos de la segunda mitad del siglo XVIII, entre otros.
En 1780 estableció una pequeña botica en Guayaquil. Tres años más tarde lo encontramos integrando lo que podríamos llamar una Junta de Sanidad convocada por el Gobernador para tomar medidas contra la epidemia reinante de viruelas y conocer una comunicación que, con el método preservativo, había venido de Quito, donde dos años antes, según lo dice el Dr. Eugenio Espejo, había hecho estragos esta enfermedad, sobre todo en los niños. El 12 de febrero de 1788 el Cabildo aprueba el nombramiento de Médico del Hospital dado por el superior de dicho establecimiento, pero el mismo Cabildo previene al Prior “para que ni él ni sus sucesores innoven sobre el nombramiento hecho en el doctor Hurtado, sin consulta ni permiso de este Cabildo, en quien reside el Patronato”. Dedicado con ahincó a su labor hospitalaria, alejado de la política administrativa poco decorosa que por entonces llevaba el Prior de dicha casa negándole a presentar cuentas, Hurtado veía disminuir su tiempo para la atención de su clientela particular. Por este motivo y en consideración a que el pequeño sueldo que disfrutaba en el Hospital no cubría sus necesidades, pidió tres años después de nombrado que se le aumentara pero sin lograr conseguirlo, lo que no fue causa para que continuase laborando con el mismo entusiasmo en provecho de sus pobres enfermos y en beneficio de su bagaje científico. En prueba de ello y siguiendo una costumbre de la época, pide el Cabildo en 1795 que le conceda una certificación sobre la conducta y sobre el desempeño que ha tenido como medico en los años que lleva ejerciendo, lo que hace ese ilustre Cuerpo de manera favorable y justa para nuestro medico. Trabajo intensamente por mejorar las condiciones sanitarias de la ciudad, no solo poniendo sus esfuerzos para luchar contra la lepra sino contra todas las enfermedades epidémicas que azotaban con bastante frecuencia a la población guayaquileña. Toda esa labor humanitaria y de aspecto medico social que realizaba el personaje de nuestra referencia llego a conocimiento del Virrey de Santa fe don José Espeleta, preocupado por el Adelanto de su reino y el progreso de las Ciencias Médicas que urbanizo esa capital y fundó en ella la Escuela de Medicina. Espeleta, apreciando la personalidad de Hurtado, le concedió el distintivo del uso del bastón con borlas y lo nombro Protomédico interino, cargo del que tomo posesión el 3 de marzo de 1797 y que ejerció hasta su muerte para ser remplazado por el ultimo Protomédico de la Colonia. Frente a la introducción de la vacuna Jenner en Guayaquil a principios del siglo XIX, fue uno de los que más coopero para su propagación y conservación. Desempeño el Cargo de Director de la Junta Conservadora de la Vacuna fundad por el comisionado de la Real Expedición Dr. Manuel Julián Grajales en 1805. Durante los años de 1813, 14 y 15 vacuno en Guayaquil 1.144 personas.
Pero la obra benefactora que mas enaltece la figura de este preclaro médico y por la cual su nombre ha quedado grabado en las páginas de la historia de la medicina de esta ciudad, fue aquel hospital para mujeres llamados: “Hospital de la Asunción” que comenzara a construir con su peculio personal en 1810 e iniciara sus servicios nueve años después, obra a la cual consagro el esfuerzo de sus nobles días, pues se interno en él para servir mejor a sus enfermas, hasta que falleció en Agosto de 1819. Fue en homenaje del Dr. Hurtado que la Comisión del Concejo Municipal de 1881, a insinuación de Fco. P. Ycaza, designo con el nombre de Hurtado, a la calle “que partiendo de la Seis de marzo corre paralela a la de Nueve de Octubre”.