Herrera Nicolás


En la presente exposición Nicolás Herrera nos hace participes de su más reciente creación. En ella se consolida la propuesta pictórica que siempre ha estado latente en su obra: la naturaleza, su geografía, su fauna. Aves y peces multicolores secuestrados de su natural entorno, plasmados estáticamente en el lienzo, amistosamente con volcanes, con montaña.
En su oleos se percibe la atmosfera que, acoge cálida y silenciosamente estos elementos aglutinados compactadamente, de manera tal que deambulan libremente en el espacio, sin atadura alguna. Predominan las formas curvas, redondeadas, lejos quedan las punzantes aristas del pasado, ahora los volúmenes se tornan armónicos y distantes a la vez. El predominio de la utilización de los colores verde y azul, aparentemente de cierta frialdad a la obra, ligeramente compensada con tonos rosados y ocres. La solidez del color se diluye paulatinamente, hasta lograr un degrade casi imperceptible.
Herrera no pinta con luz natural, prefiere descubrirla a través de ciertos filtros, imaginarios o reales, en este caso, la claraboya existente en su estudio le permite seleccionar los claroscuros cenitales idóneos, acordes a su estado anímico.
A los treinta años de edad, Nicolás Herrera se encuentra ante un gran reto pictórico lleno de buenos augurios. Para la “Manzana Verde” galería de arte, resulta muy placentero acoger esta interesante muestra y ponerla a consideración del publico guayaquileño.