Febres Cordero Carolina de Arévalo


Carolina Febres Cordero Franco nació en Guayaquil, en el hogar formado por Joaquín Febres Cordero y Montoya y Carolina Franco de Febres-Cordero. Vino al mundo allá por 1864. Algunas veces se ha dicho por equivocación que era nacida en Cuenca; pero los documentos no dejan de su origen guayaquileño.
Se casó en 1892 con el doctor José Emilio Arévalo, abogado cuencano nacido en 1853; matrimonio del cual tuvo un hijo, Carlos Helí, que le sobrevivió, y una hija, María, que murió en la infancia.
Su matrimonio coincidió, pues, con los momentos más agudos de la lucha política de liberales y radicales, por un lado, contra conservadores y progresistas, por otro. La lucha era en todos los terrenos y fue una verdadera guerra civil. El Estado de Sitio duró en el Ecuador  de 1884 a 1896, doce largos años. En este período, Arévalo que se definió como un liberal, había ejercido su profesión defendiendo al Coronel Luis Vargas Torres y a sus compañeros en 1887, teniendo que emigrar a bahía de Caráquez y después domiciliado en Guayaquil, donde publicó el periódico El Pueblo, vocero radical. Cuando Carolina Febres-Cordero se casó, su esposo defendería al Dr. Felicísimo López en juicio que le seguían a este por herejía y obtuvo la absolución, y era Senador por Esmeraldas, la provincia liberal. 
De tal manera que, el matrimonio de Carolina Febres-Cordero la hizo ingresar en el movimiento revolucionario anti-conservador, con tal vigor que el 5 de junio de 1895, su esposo redactaba uno de los proyectos de la Proclama revolucionaria.
El triunfo de la revolución liberal significo pasos de avance en el papel de la mujer en la sociedad ecuatoriana, ingresó a la universidad y al trabajo en el servicio público, y a ese impulso no fueron extrañas una pléyade de mujeres guayaquileñas como María Gamarra de Hidalgo, Mercedes González de Moscoso, Aurelia Palmieri y Carolina Febre4s-Cordero de Arévalo, entre tantas mas.
La ampliación del horizonte de la mujer en la sociedad ecuatoriana se lo ve en el surgimiento de una serie de figuras literarias como las mencionadas Mercedes González de Moscoso, Carolina Febres-Cordero de Arévalo y, además, Zoila Ugarte de Landívar, Dolores Carbo de Santistevan y muchas otras, cuyos trabajos aparecían en los periódicos y revistas de la época, algunas, publicaciones exclusivas de mujeres.
Entre los trabajos literarios de la biografiada tenemos los poemas: La Prensa, A Abdón Calderón, Poesía, A mí madre, A dolores Sucre, El Mastín y los Tordos, A mi querida Amiga (Zoila Adela R. de Ramos), A Mercedes G. de Moscoso, A mi adorada hijita (María Eloísa Arévalo), La Despedida, los Ideales (a la señorita Hortencia de Río Branco), Señora Mercedes González de Moscoso, A Dolores Carbo de Santistevan, A Mercedes U. Niemes V., A Guayaquil (en el centenario de Olmedo), La Nueva Era, Mi Colección de Postales, A Monseñor Pedro pablo Carbo (en sus bodas de diamantes), El campesino y el pajecillo, Mi ofrenda (a la memoria de la señora Mercedes G. de Moscoso), A.E.A., El Payaso, Soneto, La azucena y el Girasol, las Abejas, el chinchorro y el picaflor, Ángela Blacio Flor, Incendio, Insomnio, El Adiós, A María, Por qué, El Moderno Soplón. Escribió también prosa, bajo los siguientes títulos: A una poetisa, A los iconoclastas, Adivinanzas, los Diablos Azules, El árbol de Navidad, La fortuna, Un año después, Escribió un cuento: La princesa canillona, y una tragicomedia en cuatro actos: La Procesión de las Animas.
La poesía escrita por mujeres en esa época, como lo dice Manuel J. Calle, tiene las limitaciones de la sociedad ecuatoriana que todavía no había reconocido el papel de la mujer y en consecuencia no le daba suficiente libertad, ni siquiera ejercía el voto electoral; sin embargo mujeres como carolina Febres-Cordero y hombres como Emilio Arévalo, con su acción le abrieron el camino a la mujer.
Mientras Carolina Febres-Cordero hacia su labor social, su esposo combatía por las ideas liberales en la tribuna, calles, foro, parlamento. Fue el Jefe Civil y Militar de Guayaquil en enero de 1906. Ministro en Brasil ejerciendo funciones diplomáticas, y luchador insigne por el progreso social y material del país. En esa actividad, a la caída y muerte de Alfaro en 1912, el continuó la lucha junto a Carlos Concha Torres, Carlos Andrade, León Valles Franco y otros; esto le significo el destierro y posteriormente la muerte. Y es este periodo que Carolina Febres Cordero se queda en Guayaquil dirigiendo el hogar, educando al hijo, sosteniendo económicamente al esposo desterrado, y en esa etapa se supera, se despoja de todo formalismo y lucha por la reivindicación de las libertades públicas. La Facultad de Economía de la Universidad de Guayaquil ha publicado su Epistolario de 1914-1915, y esa serie de documentos han causado fuerte impresión. Son 180 páginas impresas de cartas y documentos.
En 1915 murió su esposo en el destierro, ella soporto heroicamente el golpe, junto a su hijo se mantuvo enhiesta. Publicó un libro titulado Corona Fúnebre en memoria del Sr. Dr. Emilio Arévalo y le hizo dos poemas en homenaje a su memoria.
Todavía vivió 21 años más, pues murió en 1936, de tal manera que el 30 de marzo del próximo año se cumplirán 50 años de su muerte. De ella quedan los libros y las publicaciones hechas. Una escuela en la Provincia del Azuay. Y una recopilación a publicarse.
Fue un ejemplo de dedicación a la lectura y a la cultura, y una fuerte personalidad.
La personalidad de Carolina Febres Cordero de Arévalo pertenece a la generación de mujeres como María Gamarra de Hidalgo, Mercedes Gonzales de Moscoso, Ángela Carbo de Maldonado y Zoila Ugarte de Landivar que se desarrollaron a la par de los acontecimientos históricos de la Revolución Liberal de 1895.
Nació en Guayaquil en 1884 sus padres fueron Joaquín Febres Cordero y Montoya y Carolina Franco de Febres Cordero. Por ancestro, Carolina Febres Cordero de Arévalo pertenece al concierto de próceres de la Independencia Sudamericana.
Se caso en nuestra ciudad en 1892 con el doctor José Emilio Arévalo, que ejercía entonces, la función de Senador por la provincia de Esmeraldas. De dicho matrimonio, nació el 4 de febrero de 1893 su hijo Carlos Eli que viviera hasta 1955 y su hija María Eloísa, quien falleciera prematuramente.
La Familia Arévalo Febres Cordero, estuvo estrechamente vinculada a los acontecimientos históricos de la revolución liberal que triunfara con Alfaro a la cabeza el 5 de junio de 1895 del doctor Emilio Arévalo se dice:
La personalidad del doctor Emilio Arévalo que luchó por la revolución, que difundió las ideas revolucionarías de su época, en los tribunales en los que se perseguía a los revolucionarios, en la prensa, el parlamento, el concejo municipal, la tribuna el vivac, la cárcel y el destierro. Defendió a Vargas Torres y a Felicísimo López; fue uno de los redactores del Acta de Pronunciamiento del pueblo de Guayaquil el 5 de junio de 1895: Tuvo en sus manos todos los poderes el 19 de enero de 1906 como jefe Civil y militar de la provincia del Guayas, estuvo en primera línea en la lucha contra los traidores de la revolución Liberal”.
Así pues la trayectoria del doctor Emilio Arévalo, permitió a su esposa ingresar a las filas del movimiento revolucionario de su época. esto es, incorporarse como escritora y política, a las luchas que los liberales sostuvieron contra el sistema conservador. Fue la etapa de la guerra civil y de la vigencia del Estado de la guerra civil y de la vigencia del Estado de Sitio que duró de 1884 a 1886 en nuestro país Carolina Febres Cordero de Arévalo, mujer inteligente, de ideas liberales y poetisa brillante, pertenece a una pléyade de mujeres que se incorporaron al movimiento feminista que se desarrollo durante el periodo alfarista, esto es de 1895 a 1912. Entonces pues como consecuencia de los progresos de la transformación liberal, a comienzos del siglo XX se inicio la publicación de una serie de entrevistas feministas en la que escribieron personalidades como Zoila Ugarte de Landivar. Mercedes Gonzales de Moscoso, Dolores Carbo de Maldonado. Las tenia Larriva de Llona, entre otras.
Escribió carolina Febres Cordero de Arévalo en revistas nacionales y extranjeras En nuestra ciudad, en la revista literaria “Paginas Selecta” y “La Ondina del Guayas”, publico poesía, artículos varios y comentarios breves. Su producción literaria se resume en poesía. Fábula cuento y comedias.
En 1927 escribió la Tragicomedia en cuatro actos y prosa “La procesión de las Ánimas”, además de la comedia “El Santo que hizo el Milagro” y “La Princesa Canillona”, cuento en verso.
A su pluma y puño pertenecen poemas como A MI ADORADA HIJITA (María Eloísa Arévalo, en el aniversario de su muerte), A MI MADRE (enviándole una imagen de la virgen dolorosa. SEÑORA DOÑA MERCEDES GONZALES DE MOSCOSO, LOS IDEALES (a la señorita Hortencia de Río Branco) poesía escrita en 1907, durante su estancia en Brasil, mientras su esposo, el doctor Emilio Arévalo se desempeñaba como Ministro Plenipotenciario ¡SALVE PATRIA!, A MERCEDES M. NIEMES  EN EL SEGUNDO ANIVERSARIO DEL FALLECIMIENTO DE MI ESPOSO DR. EMILIO AREVALO, A DOLORES SUCRE A DOLORES CARBO DE SANTISTEVAN, BOLIVAR, A ABDON CALDERON, A UNA POETISA. LA PRENSA, A LOS ICONOCLASTAS, ¿Por qué?, A GUAYAQUIL (en el cementerio de Olmedo), EL ADIOS (al ausentarme de la ciudad de Loja), A MERCEDES GONZALES DE MOSCOSO (después de leer unos versos suyos que me envió), A MI QUERIDA AMIGA, A MONSEÑOR Pedro PABLO CARBO (en sus bodas de Diamante), ANGELA BLACIO FLOR, MI OFRENDA (a la memoria de la señora Mercedes González de Moscoso). A María LA NUEVA ERA, LA DESPEDIDA, EL MASTIN Y LOS TORDOS, AÑORANZA, MI COLECCIÓN DE POSTALES, LAS ABEJAS. EL CHINCHORRO Y EL PICAFLOR LA AZUCENA Y EL GIRASOL, LOS DIABLOS AZULES, EL MODERNO SOPLON, EL ARBOL, DE NAVIDAD, LA FORTUNA UN AÑO DESPUES FALAZ EL PAYASO EL EQUILIBRISTA SONETO Y ADIVINANZAS.
La obra literaria citada se encuentra compilada en el Libro “Dramas y Poemas de Carolina Febres Cordero de Arévalo”, Colección Mujeres del Ecuador  No. 13 de la Universidad de Guayaquil Además pues se ha publicado en la misma colección con el No. 4, su epistolario esto es, las cartas que durante el año de 1914-1915 enviara a su esposo que permanecía en el destierro en Panamá y Perú como consecuencia de su participación en las luchas que levantaran Carlos Concha y Carlos Andrade, entre otros; una vez que fuera asesinado en Quito el General Eloy Alfaro, en 1912.
En sus escritos, Carolina Febres Cordero de Arévalo, refleja la mentalidad y las limitaciones de la sociedad ecuatoriana de su época. Describe a sus personajes inmersos en sus intrigas familiares, fortuna, superstición y amoríos. Su poesía, expresión de sensibilidad, se manifiesta tierna y a veces dramática su obra poética es de homenaje, circunstancia e intima. La temática de sus versos es Dios la Familia La virtud, La Amistad, Los Ideales. Mientras que sus sentimientos cívicos se manifiestan en los versos dedicados a Abdón Calderón y Bolívar.
El doctor Emilio Arévalo murió en el destierro el 10 de junio de 1915 en Panamá y Como homenaje a su esposo, Carolina Febres Cordero de Arévalo, publicó un libro titulado “Corona Fúnebre en memoria del señor doctor Emilio Arévalo.
Al fin pues, esta gran mujer que dedicara su vida al hogar, la política y la cultura, falleció en Guayaquil, el 30 de Marzo de 1936, a los 72 años de edad.
Su personalidad pertenece a la historia nacional a la etapa de las luchas del liberalismo  revolucionario. Su figura forma parte de la generación de mujeres que brillaran en esta época heroica.
Falleció 31 de marzo de 1936