Estete Miguel

Fue natural de Santo Domingo de la Calzada, en la Rioja, diócesis de la Calahorra. Debió pasar a América siendo muy joven, pues sabemos que en 1537 tenía poco más o menos treinta años, según declara el mismo al dar su testimonio en la información de méritos servicios de D. Francisco de Ampuero y de Da. Inés, su mujer, hija que fue de Huayana-Capac. En este Interesante documento que guarda original en el archivo de Indias consta que en aquella época era vecino de la ciudad de los Reyes Parece que pasó al Perú en el tercer viaje de Pizarro o tal vez en alguna de las expediciones mandadas por Almagro, desde tierra firma, para reforzar la tropa del conquistador del Perú. No sabemos si vino de Panamá o de Nicaragua; el hecho es que vino por primera vez como testigo presencial, cuando Pizarro y su gente pasó de la Puna a Tumbez, que dice halló desierta, sin persona viva, que todos eran huidos la tierra adentro. 
Después de fundada la villa de San Miguel, siguió Pizarro adelante con toda la gente que serian ciento cincuenta españoles, los noventa de caballos y los demás de pie ballesteros y arcabuceros y con espadas y rodellas”, Entre los de a caballo figura Estete en la lista del acta de repartición del rescate de Atahualpa aunque herrera lo nombra solo en la infantería.
Llegado los españoles a Cajamarca, fue Estete uno de los quince caballeros que acompañado al capitán Hernando de Soto, fueron a ver al Inca en su campamento de los baños, una legua distante de la ciudad de esta entrevista hace un relato interesante, en lenguaje animado y sencillo. Figura también el nombre de Estete debía tener a la sazón, cosa de veinticinco años. Su valor y denuedo le llevaron hasta el pie mismo de las andas, que conducían en sus hombros los nobles orejones, entre los que hizo gran destrozo, llegando hasta amenazar de muy cerca al hijo del sol y de no ser por la defensa de Pizarro hubiera sido por las espadas de Estete y Mesa, el intrépido joven que se acercó llevada  sobre la frente al mismo tiempo que Pizarro hacia caer al suelo, tirando de sus vestiduras y en aquel instante, la vieja monarquía de los Incas se derrumbó para siempre.
En 1535 se encontraba Estete nuevamente en el Cuzco, cuando ocurrieron los primeros disturbios entre los hermanos de Pizarro y D. Diego de Almagro, y por orden de este sostuvo la autoridad de Hernando de Soto. No pueden considerarse estas diferencias como el principio de las guerra civiles, pero no hay duda que contribuyeron para agriar los ánimos y preparar aquellos tristemente celebres sucesos. El mismo año de 35 debió pasar a España, en donde presentó al Consejo de Indias la Relación que lo ha hecho célebre según Jiménez de la Espada fue a principios del año que realizó este viaje “en la nave San Miguel” una de las que condujeron de Nombre de Dios a Sevilla, parte de los tesoros del rescate de Atahualpa.
Traía suyos 28.100 pesos de oro y 1650 marcos de plata. Pero esta fortuna, considerable para aquellos tiempos, no le retuvo en su patria, pues retornó al Perú y se avecino en Huamanga, al fundarse esta ciudad. 
La fundación de Huamanga, por el Capitán Alonso de Alvarado, en el sitio hoy llamado Huamanguilla, fue el año de 1539; al año siguiente se traslado al sitio actual y en ese mismo año aparece que se fundaron en la iglesia parroquial seis capellanías, una de las cuales era de Miguel Estete.
Ya hemos dicho que en 1537 era vecino de la ciudad de los Reyes, como consta de la Informacion de los méritos y servicios de De. Inés Yupanqui, hermana de Atahualpa. Más raras se hacen después de esta fecha las noticias acerca de Estate. Hemos consultado varios memoriales, lista de repartimientos, padrones de los vecinos de diversas ciudades del Perú, sin encontrar el nombre de nuestro Cronista. Lo hallamos en 1553 en una acta suscrita en Huacamanga, manifestando la resistencia de los vecinos a ciertos mandatos de la Real Audiencia, que no eran conformes con las leyes establecidas, por la cual habían apelado al Rey. Esta acta la formaron para activar la expulsión del corregidor D. Juan Ruiz, cuyo nombramiento se hizo estando la población a favor de D. Francisco Hernández Girón, caudillo del alzamiento de 1553. 
La insignia del poder imperial, arrebata al Inca, en Cajamarca, conservó Estete en su poder, hasta que, al salir de las montañas el Inca Sayri-Túpac en 1557, a su paso por Huamanga fue obsequiado con aquella prenda. Sayri manifestó contento dice Mendiburu pero fue fingido como se supo después; siendo evidente que no podía mirar con aprecio una prenda de Atahualpa, el destructor de su familia.
No tenemos más noticias de Estete ni sabemos cuándo ni en donde murió, aunque es doble su poner que pudo suceder en Huamanga. 
1853 Relación del viaje que hizo el señor Capitán Hernando Pizarro por mandato del Señor Gobernador, su hermano, desde el pueblo de caxamalca a Pacarma etc. Pp. 338-343 Madrid 1953 1918 “Noticia del Perú”. El descubrimiento y la conquista del Perú. Relación inédita. La pública con una introducción y notas C. M. Larrea Quito 1918; 4°, 51- 12 láminas Paris 1938.