Domec Dominique

García Moreno tuvo el proyecto de organizar en Quito una gran Escuela de Medicina, haciendo construir a todo costo un edificio en el centro de la ciudad, con material completo para la enseñanza, biblioteca, archivo, museo, salas de conferencias, para que el nombre y fama de la escuela de Quito se haga conocer en todo el continente. Y como fue hombre que ponía en ejecución lo que se proponía venciendo toda dificultad, la primera y más grave: la del dinero, se ingenio por conseguirlo del escaso presupuesto nacional y dio plenos poderes al Encargado de Negocios del Ecuador  en Paris, M. Beltran Fouguet, para que contrate dos profesores franceses que se entiende en el proyecto, ofreciéndoles todo su apoyo. El Encargado de negocios se pone en contacto con el rector de la Universidad de Paris y el Decano de la facultad, quienes señalan a los profesores Veneuil y Richet para que le faciliten la misión, que fue cumplida con la presentación y recomendación de los profesores Ettienne Gayraud y Dominique Domec, que podían hacerse cargo de la organización y ejecución del proyecto garciano. Ambos fueron graduados en Montpellier, católicos. Gayraud de más edad ya que fue cirujano de experiencia. Domec no tenia sino dos de graduado cuando fue contratado, habiendo sido alumno interno de los hospitales en 1871, inscribiéndose para la agregatura de cátedra en 1872 sin obtenerla, pero logrando alabanzas por su tesis. Estuvo dedicado a los estudios de anatomía. En 1874, a los tres meses de haber arreglado el Anfiteatro del Hospital San Juan de Dios, Gayraud pone la Cátedra de Anatomía y Disección, con la dirección de Domec, quien comienza a enseñar en forma objetiva y obliga a los alumnos a disecar, con la provisión de cadáveres que hace el hospital, cumpliendo con un decreto ejecutivo por el que se exige que todo cadáver del hospital sea autopsiado, sin que pueda ser sepultado antes de que se cumpla con este requisito.
Cuando Gayraud y Domec operaban en la sala de San José, atentos estuvieron los cirujanos quiteños a la manera de trabajar de sus colegas francesas que hicieron todo lo que pudieron y supieron modificar la mente especulativo, dogmatica e inclinada a la generalización, a no seguir el texto al pie de la letra sino atenerse al caso especial que se trataba de resolver. La Objetividad, individualización y realismo del positivismo naturalista entraba en el conocimiento medico, la influencia que ejercieron en el Ecuador  Gauraud y Domec fue notable, pudiendo decirse que en los años que permanecieron en Quito, alcanzaron a modificar tendencias, introducir nuevos conocimientos y técnicas, como en ninguna época de la historia de nuestro desenvolvimiento medico. 
Domec se quedo en Ecuador  hasta 1878. Visito a Gayraud en Francia, reunieron notas y datos y resolvieron publicar sus observaciones en un libro que editaron en Paris en 1886 C.A. Cocoz, con el título de La Capitalede L’ quateur au point de vue medico-Chirurgicak, traduccida al español por nosotros que hasta entonces se había publicado sobre el estado de nuestros conocimientos médicos, acompañada de observaciones sobre cirugía, medicina Interna y especialidades. Lleva el informe Médico-Legal de la autopsia del cadáver de García Moreno, firmado entre otros por Gayraud, el primero que se ha practicado entre nosotros conforme a los preceptos establecidos en ese tiempo, y el informe médico-Legal de la autopsia del cadáver de Monseñor José Ignacio Checa Barba y Borja, firmado entre otros por Domec en 1877,
Con los informes de las investigaciones toxicológicas hechas en Quito por cinco químicos nacionales en el laboratorio de los Padres Jesuitas y comentarios sobre la autopsia, con elogios para los químicos que hicieron de Toxicólogos. 
Cuando Gauraud y Domec se encontraron en Francia, tuvieron seguramente que comentar entre la turbulenta vida ecuatoriana de esos tiempos: habían asistido al asesinato de un presidente de la Republica, muerto con 14 heridas y dos balazos, arrojado vivo y más herido del pretil del palacio a la calle, donde lo siguió atacando con machete uno de los asesinos, y al envenenamiento con estricnina de un Arzobispo, sin que se sepa nada del envenenador. Habían recibido críticas de sus colegas ecuatorianos por la práctica de las nuevas formas establecidas en medicina, Cirugía y especialidades. Se murmuraba de la elevada mortalidad de los operados, de que Domec no se dio cuenta de que el Arzobispo estaba envenenado con estricnina, mientras que el médico de cabecera de monseñor si se dio cuenta de ello, pero también dejaron discípulos y admiradores e hicieron escuela. 
Dominique domec fue natural de ossum-les-Ángeles, en los Antos Pirineos.
Hizo estudios primarios, secundarios y universitarios en Montpellier.Alumno Interno de los hospitales en 1871, se recibió de doctor en el mismo año. Vino al Ecuador  después de Gayraud, llegando a Quito en 1874. Puso en ejecución todos los proyectos relacionados con la cátedra de Anatomía y trabajos de disección, operaba solo y con Gayraud en el Hospital. Consiguió bastante clientela en Quito, tenia donde gentes y atractivo personal. Se quedo hasta 1878. Desde que llego al Ecuador  se quedo prendado de las condiciones naturales del altiplano interandino; se embelesaba en el paisaje y la tranquila vida de nuestras ciudades. Fue un enamorado del clima de Quito; le encantaba elogiar siempre que podía el brillante sol y el azul purísimo de las mañanas quiteñas. Defendió el criterio de la rareza de la tuberculosis en Quito y de los beneficios de su tratamiento en el clima de altura. Cita varios casos de tuberculosis venidos del litoral que alcanzaron mejoría con algunos años de permanencia en Quito. Le cautivo el estudio de la vida del hombre en el altiplano ecuatoriano; hizo reflexiones sobre las causas por las que el cambio de tensión de oxigeno del aire enrarecido influye en la fisiología respiratoria, circulatoria y en el tratamiento climático de la tuberculosis, para el que afirma que el clima quiteño es el ideal, lo mismo que para curar el reumatismo.
Tuvo cordial acogida en la sociedad. Caso en Quito con la señorita Muñoz, afianzando sus vínculos afectivos con nuestro país. Volvió a Francia y la Facultad libre de Medicina de Lille le confió la cátedra de Anatomía y Enfermedades Sifilíticas. Su salud se quebranto se sintió débil e imposibilitado para sus labores docentes. En 1882 añorando el clima de Quito, manifiesta a sus amigos que la única forma de reponerse seria volviendo a la capital del Ecuador; les habla del clima suave y de la vegetación siempre verde, su brillante sol equinoccial y sus facilidades de vida. Retorna al Ecuador  y en el muere el 11 de noviembre de 1884, dejando un hijo de su matrimonio, nacido en el Ecuador.
En diciembre de 1874, Domec practica por primera vez en el Anfiteatro de Anatomía de la Facultad de Medicina de Quito, la conservación de cadáveres para la enseñanza con inyecciones a presión de solución de formol en glicerina y agua.