El Dr. Emiliano J. Crespo Astudillo, se distinguió entre sus compañeros, desde su vida estudiantil. Poco tiempo después de terminados sus estudios, fue a Paris a perfeccionarlos, bajo la sabia dirección de maestros como Pierre Delbet, Chauffard, etc. Vuelto a su patria, y nombrado, con justicia profesor de la universidad, realizo y enseño los primeros trabajos en muchos ramos de la medicina, hasta entonces, solamente sospechados, en el Azuay.
Es el iniciador de la era de la Asepsia y Antisepsia practicas y sistemáticas, pues hasta entonces, solamente era un lujo de detalle, según varios anécdotas que hasta nosotros han llegado, fue el primero que se intereso por la Parasitología autónoma y, al poco tiempo, como fruto de sus primeros trabajos sobre la matera, presento una memoria sobre estas labores, en el Primer Congreso Medico Ecuatoriano, sobre: Necator americano, Hymenolepis Diminutiva, y un caso de miosis nasal por chirisomya Macellaria. Después, no ha cejado en sus labores y hasta hace unos años publicaba en anales de la universidad, sus trabajos sobre Parasitología. En muchos ramos de la medicina, el Dr. Crespo, ha ocupado un sitial de honor, que le ha distinguido como uno de los primeros discípulos de Galeno, en Cuenca. Su hijo, el Dr. Emiliano Crespo Toral, es en Guayaquil, un cirujano que honra a su Patria chica en el ramo que él ha escogido para su especialidad: la traumatología.
Crespo Astudillo residió más de diez años en Quito en donde publico en 1957 una colección de sus elegantes Poemas y en 1963 una interesante autobiografía Memorias de un Cirujano 1923-1931. Doctor Emiliano J. Crespo Astudillo. Durante más de dos periodos fue Decano el Dr. Emiliano Crespo del Ilustrado critico M. Moreno Mora, quien dijo de Emiliano J. Crespo en 1918: “quizás un día nos sorprenda y nos encante con sus flores tardías sonrientes del gozo del vivir, y no sepamos entonces si admirar mas al poeta que al médico”. Este augurio se cumplió en 1956 en Quito, donde residió al fin y murió. Cuando publico su libro Poemas, que desde luego, no significo una sorpresa para los demás, porque Crespo Astudillo, hacia vida literaria, periódica y discreta, a través de su vida, mas dedicada a la Medicina y especialmente a la cirugía; y lo hacía en el remanso de su envidiable hogar, como en el vaivén de un alegre discurrir por los aleros de nuestro viejo hospital. Lo recordamos, claramente y con efecto.
Con su andar mesurado y “a cámara lenta”, al centro de su grupo estudiantil, deteniéndose de vez en cuando de improviso, para hacer la pregunta de ironía, o para lanzar la alegre carcajada que remate una historia sutil de su enseñanza. Con razón y con autoridad, pudo cantar ese gran soneto, recitado por el propio autor, en la Sesión Solemne, cuando en 1955 la universidad le entrego la medalla el Merito: “El Cirujano”.
Si he de decir lo cierto, Emiliano J. Crespo fue uno de los dos o tres mejores profesores que han pasado por la Facultad, y a quien, podía a boca llena llamárselo Claramente: Maestro.
Nace, también en la década celebre: 1886. Se gradúa en julio de 1908; y a poco, viaja a Europa, a Paris, a perfeccionarse en muchas artes. Si, en muchas artes, porque, a su regreso a su tierra natal, Crespo Astudillo, viene a ser, en a facultad, en el Hospital, en la comarca el pionero de la Microbiología, el pionero de la cirugía, de la Antisepsia, de la Obstetricia, etc. Y de cuyos datos hemos hablado en otra monografía, pues no es este el caso de hacer hincapié en ello. Es lástima que no hayamos conservado por escrito sus epigramas y decimas, que improvisadas, o preparadas, lograba aplicar a algunos capítulos de la Patología de la clínica, y es lastima sobre todo, que no hayamos logrado conseguir del propio autor, pero en su hermoso libro Poemas, nos solazamos con estas maravillas Locura, Aristocracia, De ambulante, El Agave, etc. Y sobre todas esas joyas de filigrana epigramática que unas se regalan en poemas, y otras, inéditas, se cuentan en el reguero de la confidencia amical.