Nació en la floreciente y graciosa población de Mocha, en la Provincia del Tungurahua, el año 1914.
Terminados sus estudios de Primera marcho a Guayaquil para hacer sus estudios de Humanidades en el Seminario de Santa Teresita del Niño Jesús, en Guayaquil, regentado por virtuosos y atinados sacerdotes Lazaristas.
Terminada esta época estudiantil, ingreso en el Seminario Mayor San José, De Quito en donde se saturo de Filosofía, de Teología y mas disciplinas eclesiásticas que le hicieron triunfar hasta llegar a las gradas del Altar de su Ordenación Sacerdotal, la misma que recibió en Guayaquil el 30 de abril de 1939.
Su vida Sacerdotal: Comienza su ministerio sacerdotal trabajando como Coadjutor del Vicario Foráneo de Babahoyo, en donde al contacto del elevado espíritu sacerdotal del R.P. Marcos Benetazzo, Josefino, que actuaba de Vicario de esa importante ciudad, que hoy es sede de la Prelatura Nullius de Los Ríos, adquirió aquellas virtudes solidas que hacen fuerte y magnánimo al sacerdote.
Su vida estuvo siempre en función de los demás, para sufrir con ellos, para compadecerlos, para estimularlos. Cuando no podía socorrer se le escapaban sus ansias secretas de ayuda, “hacerse todo a todos”.
“Desprendido como pocos, busco lo eterno e imperecedero y en los labios de los feligreses que le lloran quedan bendiciones agradecidas sobre sus virtudes y beneficios como el mejor epitafio. Nada deja al morir de aquello que roban los ladrones o devoran el orín y la polilla, añadiendo nueva gloria a su sacerdocio impoluto”.
“Agustín Crespo Heredia, sacerdote de altísima valía, reconocida por buenos y malos, lejos muy lejos de logros personales o devociones de vanidad, Gloria de la Iglesia cuencana y su ferviente intercesor desde ahora que comenzara ante Dios la demanda de sacerdotes como él, para Dios, para la Iglesia y para las almas”.