Clemente Huerta Raúl

Hoy se cumple el primer aniversario de la muerte del doctor Raúl Clemente Huerta, importante personaje de la policía ecuatoriana y Presidente del consejo Editorial de Diario el Telégrafo, al momento de su deceso.

La irreparable pérdida, que se socito el 4 de abril de 1991, causo hondo pesar en los círculos políticos, sociales y bancarios, y en la ciudadanía toda, porque a través de su vida tuvo una vasta y destacada participación en instituciones privadas y en la función publica. Por ello, hoy la ciudad y el país recuerdan con varios actos, la desaparición física de este gran estadista perteneciente a un brillante generación que se mantuvo siempre fiel a sus ideales.

Diario El Telégrafo y su consejo Editorial, rinden en este día un especial homenaje a la memoria del doctor Huerta Rendón, poniendo su figura como ejemplo para las futuras generaciones en el campo del estudio y la investigación.

Raúl clemente Huerta, recordado líder liberal de férrea convicción, milito en la filas del Partido Liberal durante 47 años, histórico record, partido en el cual ejerció como dirigente político gran influencia en los derroteros nacionales. Intervino como candidato a la Primera Magistratura de la nación y se desempeño en el Parlamento como legislador de gran talla, tanto por sus conceptos como por su recia personalidad.

Desprendimiento Absoluto

Como hombre de lucha, de entrega hacia su país, entendió siempre la política como un servicio a la colectividad, con absoluto desprendimiento personal, con honradez. Lejos de toda vanidad, estuvo siempre al frente, en todo momento que fue requerido por su partido o por amplios sectores independientes, que veían en él a un líder cabal, a un luchador indeclinable.

En 1956 y 1978, por ser muy conocedor de la problemática del país, fue candidatizado a la Presidencia de la Republica, por el movimiento multipartidista (Frente democrático nacional) y partido Liberal, respectivamente lamentablemente, circunstancias adversas del momento, le impidieron este su mayor anhelo para lograr el sueño de servir a las clases mas desposeídas y al indígena al cual defendió siempre en los debates realizados en el congreso.

Estas derrotas, que según el mismo doctor huerta, no significaron sino mayor experiencia para él, no debilitaron su energía, con más fuerza, con más valor, con mas convencimiento de que él no era un derrotado de la vida ni de la política, durante esos lapsos, a mas de convertirse en un enérgico observador de lo que acontecía en el país, continuo impartiendo sus experiencia sobre el derecho a muchas generaciones que igualmente se han destacado en la policía ecuatoriana, porque durante su vida no conoció el rencor ni la amargura, sino su deseo constante de compartir con otros sus conocimientos. Por ello, siempre tuvo adversarios, pero no enemigos.

Extraordinario Hombre

El doctor, que nació en Guayaquil el 25 de febrero de 1915, fue un hombre de extraordinaria sensibilidad, durante su trayectoria política se impuso serios desafíos dentro de la política nacional, todo ello en base a los principios humanistas legados por Alfaro en la defensa de los intereses de lo más necesitados.

Durante su larga trayectoria política, tuvo como estandarte su constancia, porque para el las frustraciones no cabían. Su lema era “Las derrotas no se pueden justificar y lo único que el hombre tiene que hacer es asumirlas y volver a empezar”.

Su mayor frustración fue el no haber logrado la presidencia de la Republica, no por el ejercicio del poder, con ambición de mando, sino porque esto le impidió realizar programas con cambios estructurales para mejorar la condición socio económico del Ecuador. Defensor.

De la Familia

La familia fue muy importante para el doctor Clemente Huerta, sin ella no se podría realizar el ser humano como tal, pues el ser humano como tal, pues el amor inspira el trabajo a cualquier individuo, sea político o no, de ahí que se deben caminar estas dos funciones en toda sociedad, decía Clemente Huerta al expresar que nunca se desligo totalmente de su familia mientras trabajaba en sus campañas o ejercía alguna función publica.

Formo una ejemplar familia con doña Mercedes Ortega Coral, con quien procreo cinco hijos durante sus 47 años de matrimonio. Para el doctor Huerta, sus nietos, que sumaban 13 hasta su muerte, representaban el escape de lo común, porque compartir y disfrutar de sus algarabías, de sus inocentes sonrisas, era lo más esencial.

Cuando estamos a escasos días para que en el país se efectúa la elección presidencial y de otras dignidades, bien vale rescatar algunas palabras dichas en vida por el doctor Raúl Clemente Huerta acerca de la esperada elección del 92, en una entrevista que concediera para este diario en diciembre de 1990.

En la mencionada entrevista, a mas de lamentar la baja calidad de algunos elementos políticos y los sucesos reprochables que se han dado en el Parlamento, con mucho optimismo, exteriorizo que aunque se ha llegado a una política mediocre de la cual no se escapa nadie, dijo que entre los políticos hay de todo, pero que en estos procesos lo importante es saber aprovechar su participación para el bien común, poniendo de lado mezquinos intereses.

Esperanza para el 92.- “Esperemos que en el 92 la gran mayoría ecuatoriana elija bien que no se deje llevar solo por la demagogia barata de las ofertas de lo que no se puede cumplir, sino que llegue al poder el mejor equipo de hombres, con la consigna de que no se van a solucionar todos los problemas en cuatro años, pero que debe haber una continuidad en los grandes proyectos”, expreso el doctor Raúl Clemente Huerta, al hacer alusión de las futuras elecciones.

Sobre los problemas económicos reitero: ” No importa quien ponga la primera piedra, sino que haya un programa igualmente económico, que salgamos de esta terrible carga de la deuda externa, de la que nunca se sabe si se va a pagar o no y que merma los ingresos de los ecuatorianos en el pago de intereses. Y que despierte el pueblo ecuatoriano en general, gobernantes, legisladores, de que la riqueza que nos hizo millonarios, ahora por más que surjan nuevos pozos en Santa Elena, es una riqueza pasajera”.

No al Odio.- Como hombre que dijo no haber conocido el rencor hacia sus semejantes, expreso unas frases que sin duda llegaran al corazón de cualquier ser humano sensible: “Mi frase preferida que siempre repito: “Acordamos de olvidar”. Yo todos los días me acuerdo de olvidar algo desagradable. Como político a tiempo completo por tantos años, he recibido injurias de toda clase, pero al final de lo que me acuerdo es de los amigos, de los crecimientos gratos, de la gente humilde, de los efímeros triunfos, no de las derrotas largas, y así cada día odio menos, o no odio a nadie. Entonces, ese “olvidar” es para recordar lo agradable, la amistad y dejar de lado un cuerpo cargado de amarguras”. Estas palabras tan sabias, que bien harían entre los personajes que se disputan la primera Magistratura del país, pues sin revanchismos sin odios ni pasiones bajas, es como el hombre que resulte victorioso, podría gobernar en medio de este sistema tan convulsionado por la latente crisis política y social.