Cisneros Durán Vicente

Nació en Pelileo, Provincia del Tungurahua, el 23 de febrero de 1934, en respetable y cristiano hogar formado por el Sr. Abraham Bolívar Cisneros y la Sra. Esther Duran. Hizo sus estudios primarios en la escuela “Domingo Sarmiento” y “Sta. teresita2, de Pelileo; sus estudios secundarios en el seminario “San Luis”, de Quito, y los filosóficos y teológicos en el seminario Mayor “San José”, de la misma capital. fue ordenado sacerdote por el Emmo. Sr. Cardenal Carlos María de la Torre, el 17 de julio de 1957.

Viajo a Europa: Inmediatamente fue a Europa en donde realizo sus estudios superiores. Obtuvo el título de Bachiller en Derecho Canónico en la Universidad Gregoriana de Roma estudio también en el instituto “Luigi Sturzo” y en el centro para la formación social del Cero, de Roma, en donde obtuvo el título de experto en Acción Social.

En Ambato fue profesor desde 1961 y Rector desde 1963 del seminario Menor “San Pio X” capellán del Instituto “Santa mariana de Jesús” y miembro de consejo de Presbiterio de la Diócesis de Ambato.

En 1964 fue designado Secretario Nacional de la comisión Episcopal del Clero Vocaciones y seminarios. En febrero de 1967. Prelado de honor de su santidad, y el 8 de diciembre del mismo año, Obispo titular de Mauritania y auxiliar de Guayaquil. Su ordenación episcopal se celebro en la catedral de Ambato, el domingo 7 de enero de 1968, entre los asistentes estuvieron algunos sacerdotes damas y caballeros de Guayaquil, en calidad de invitados, delegados o padrinos.

La conferencia Episcopal Ecuatoriana reunida en Baños, lo nombro Presidente de la comisión Episcopal de Juventud y Miembro de las comisiones Episcopales de educación de apostolado de Seglares y de Clero y Vocaciones. La misma conferencia lo nombro también como delegado sustituto al consejo Episcopal Latinoamericano.

En Guayaquil a las 3:50 p.m. del día lunes 11 de diciembre de 1967, siendo obispo auxiliar electo de Guayaquil, llego a esta ciudad acompañado de monseñor Ernesto Álvarez y de Monseñor José Mario Ruiz, con el objeto de saludar al Excmo. Sr. Arzobispo Cesar Antonio Mosquera, que estaba asilado en la clínica “Santa Marianita”. Al día siguiente los dos obispos auxiliares electos concurrieron a la sesión de conferencia de V. Clero de Guayaquil, en donde fueron saludados oficialmente. El domingo siguiente, 14 asistió a la ordenación episcopal de Monseñor Ernesto Álvarez.

Desde el 15 de enero trabajo en unión de Monseñor Álvarez en la gran tarea de auxiliar a tan digno Arzobispo Primero de Guayaquil, Monseñor Mosquera Corral.

Monseñor Cisneros fue nombrado, como su colega, Vicario General de la Arquidiócesis. Presidio con acierto y constancia los Equipos de las zonas pastorales de Daule y Santa Elena. Se desplazo a las poblaciones con verdadero celo y espíritu de colaboración, al igual que su compañero Mons. Álvarez.

Tenía un don especial y natural para atraer a los fieles, sobre todo, en las parroquias rurales y en el suburbio. Su palabra docta y comprensible era alabada por todos. Tuvo gran espíritu fraterno por eso, asistido de un carácter franco y leal, ayudo a muchos sacerdotes en cualquier aspecto de la vida ministerial, como amigo sincero.

Con espíritu fraterno y cristiano estuvo junto a Mons. Mosquera Corral, al igual que Mons. Álvarez, en el instante en que se supo la noticia de la renuncia del arzobispado, aceptada con pena por parte del Santo padre para testimoniarle siempre su adhesión y aprecio, pues, si hubo momentos en que ambos obispos auxiliares sintieron la necesidad de hablar con franqueza y energía a su Arzobispo residencial, nunca fueron faltos de la lealtad ni dejaron traslucir al exterior cualquier discrepancia habida, si cabe la palabra, en el cumplimiento de la noble y elevada misión episcopal, lo cual es digno de loa y tal actitud es verdadero testimonio en los actuales tiempos.

Segundo Obispo de Ambato; No quisiera ser yo el que abunde en elogios para este juvenil y, a la vez, magnánimo obispo ecuatoriano, que sea el señor Cronista Religioso del diario “El Universo”, quien escriba con imparcialidad algo acerca de la personalidad de este insigne prelado, en una entrevista periodística, con motivo de su exaltación al Obispado de Ambato, como su II Prelado Diocesano, y que se publico en la edición del día lunes 7 de julio de 1969.

“Desde su consagración como Obispo de Guayaquil el 7 de enero de 1968, hasta su exaltación al Episcopado de Ambato, muy poco es el tiempo que ha permanecido entre nosotros; pero en este mismo tiempo, es mucho lo que ha hecho secundado los afanes del Arzobispo Monseñor Mosquera, primero y apenas un mes, con el nuevo Arzobispo, Monseñor Echeverría, Sin embargo del poco tiempo, nadie puede desconocer la actividad desplegada por los ímpetus de su juventud y la vehemencia de su alma por dar a la Iglesia la pauta para seguir por las sendas trazadas por el Concilio Ecuménico Vaticano II. Ha realizado algunos viajes en misión especial, dominadora de varios idiomas, es el intérprete para tratar con personalidades eclesiásticas de otras naciones. Su último viaje a Alemania, de donde regreso en vísperas de la posesión del segundo Arzobispo de Guayaquil. Y en la conferencia Episcopal celebrada en Baños, hace pocos días, fue nombrado Secretario de una alta misión.

Joven, con apenas 35 años de edad, señor de un cerebro poco común, en la Diócesis de Ambato le está reservada una brillante trayectoria. Lingüista, filosofo, teólogo, sus diocesanos tendrán el digno sucesor del Obispo que 20 años “apacentó ese gran rebaño del Señor”.

Monseñor Cisneros, que recibió el nombramiento para obispo de Ambato, el 5 de julio de dicho año, contesto así a una pregunta que le hiciera Dn. Segundo Gabino Rojas, al final de la citada entrevista:

2Referente a mis preferencias pastorales, en unión de mis sacerdotes quisiera que la Iglesia de Ambato sea una Iglesia comprometida, sobre todo con los más necesitados y marginados, por ejemplo los indígenas. En este momento actual de desarrollo de nuestra Patria, la iglesia tiene una palabra que decir y sobre todo, una acción que realizar; contribuir eficazmente al progreso del hombre ecuatoriano, sacando sobre todo a lo mas abandonados de su estado de pobreza y miseria, realizando su liberación y llevándolo hasta Dios”

¿Cuál ha sido su experiencia en Guayaquil?

“Para terminar permítame consignar mi gratitud para Guayaquil. He servido con verdadera alegría y dedicación a este noble y hospitalario pueblo. La obediencia en obliga a separarme de él. Sin embargo lo llevo dentro de mi alma. Gracias de modo especial a la prensa, radio y televisan que han sabido ayudarnos y continúan ayudándonos en el cumplimiento de nuestra misión. Creo que esta colaboración y unión de fuerzas conseguirá el verdadero progreso de nuestra Patria”.

El día sábado 19 de julio de 1969, a las 9 y 10 a.m. viajo a Quito, vía terrestre, para luego dirigirse a Ambato a tomar posesión de su ilustre Diócesis.