Por supuesto, las fuerzas defensoras no se habían quedado inertes Brown alcanzo la cubierta cuando los milicianos “a nado, bayoneta a la boca, abordaron a estribor, continuando la lucha cuerpo a cuerpo, con desusada crueldad. “El bergantín fue saqueado de cabos y velas en un momento, y falto poco para que se robasen los cañones”. El propio Brown hubiese caído Byonetado de no haber sido caballeros amen amenté defendido por don Manuel Jado, armador de la fragata Gobernadora, que Brown apresase por las costas peruanas, quien paso a bordo cuando se encontraban los Guayaquileños mas exacerbados y grito: “muchachos: estáis manchado vuestra victoria cuartel a los vencidos”. Salvado de una muerte segura por una de sus víctimas, Brown le pidió entonces al capitán José Ramón Cevallos, de la fragata consecuencia, otra de sus víctimas que sirviese de emisario para la rendición. El Gobernador envió dos oficiales y dos comerciantes que hablaban ingles, suspendiéndose el fuego mientras tanto. Eran ya las 2 de la tarde del 9 de febrero, y como saldo de la feroz lucha quedaban 14 invasores muertos, otros 24 heridos y 20 prisioneros; entre los defensores murieron 2 y fueron heridos 5
En 1868 el doctor José Cevallos se distinguió como partero. Pero es el doctor José Cevallos, medico y verdadera autoridad en el ramo de Obstetricia, quien sobresale entre los demás; había llegado a establecerse en la ciudad a fines de 1861 después de haberse incorporado en la facultad medica de Quito. Su prestigio fue pronto confirmado con los éxitos que obtuviera, y comprendiendo la necesidad de elevar los estudios de Obstetricia en Guayaquil, ampliando los conocimientos de acuerdo con los dictados de la época, sentó cátedra y de sus sabias enseñanzas fueron sus primeras discípulas graduadas Devora Camila Guerrero Villacis el 10 de Julio de 1873 y Herlinda Bravo el 12 del mismo mes y año.