El Dr. Ceriola nació en Berga, Provincia de Cataluña España, en el año de 1876.
Joven llego a Guayaquil y llamado por Dios ingreso al Seminario de la Diócesis de Guayaquil. Terminados sus estudios eclesiásticos, u por carecer Guayaquil obispo, se dirigió a la ciudad de Trujillo, Perú, para recibir las Sagradas Ordenes. Así fue como en abril de 1901 el señor le hizo su sacerdote. De regreso a Guayaquil fue nombrado Profesor del Seminario hasta llegar a ser su Regente.
También presto valiosos servicios como Profesor y Director de la escuela de la Filantrópica del Guayas. Sus ex-alumnos ahora ya abuelos, lo recuerdan con afecto y gratitud, elogiando siempre las cualidades de atinado pedagogo de a niñez y juventud.
Sirvió también como Párroco en las poblaciones siguientes: en Naranjal, el 17 de enero de 1919 a marzo de 1920; en Catarama, del 3 de febrero de 1921 al 7 de noviembre del mismo año; en Samborondon, del 18 de noviembre de 1921, al 6 de noviembre de 1922; y en Naranjal, desde el 14 de noviembre de 1922 hasta el mes de enero de 1925.
Escribió las tres Obras que a continuación se anotan:
1.- Comprendió de la Historia del Periodismo en el Ecuador, publicado en el año 1909. Es un estudio en el que se hallan datos valiosos, como los de la historia de la Imprenta en el Ecuador. Fue premiado en los juegos Florales promovidos por ” El Grito del Pueblo” con motivo del Decimo Aniversario de su fundación
2.-Guayaquil a la Vista, que tiene bellas e interesantes ilustraciones de personajes de las distintas poblaciones del Guayas. Fue editada en Barcelona, en 1910
3.- Manabí a la Vista, que trata del mismo tema que la anterior obra. Fue publicada en 1912
Tanto en el Seminario de San Ignacio como en la Filantrópica y en sus diferentes actividades culturales, el Dr. Ceriola recibió numerosas felicitaciones y aplausos al igual que algunas condecoraciones como puede apreciarse en la foto suya que ilustra las presentes lineas.
Su Amor a Guayaquil: El Dr. ceriola vivió en Guayaquil agradecido de los beneficios recibidos del Señor y de las múltiples muestras de bondad de parte de sus gentiles habitantes. Prueba de ello y para afirmar este aserto, me complazco en extractar el texto de las palabras que a manera de prologo escribe el Dr. Ceriola en su obra Guayaquil a la Vista:
“A La Culta Sociedad Guayaquileña– La gratitud es flor preciosa crecida en el jardín del corazón al benéfico riego de los favores. Ella esparce delicado perfume y paga con suave aroma la solicitud del que la cultiva.
Esta hermosa flor ha nacido dentro de mi pecho, ha echado hondas raíces en mi corazón, a las reiteradas manifestaciones de efecto que me ha dispensado la culta sociedad Guayaquileña.
Durante los muchos años que he permanecido en la hermosa Perla del Pacifico, he sido objeto de inmerecidas consideraciones y he hallado en todas partes franca y leal amistad.
Hoy, otra vez en el seno de mi patria, pago la deuda de gratitud que tenia contraída, poniendo de manifiesto el grado de cultura y progreso en que se halla Guayaquil, y por consecuencia lógica, la Republica del Ecuador.
Escribo el presente trabajo desde un lugar tan distante y sin fuente alguna de información, podrá adolecer de algunas o misiones. El autor es de primero en deplorarlas y procurara que desaparezcan en seguridad y mejor preparada edición. En premio de mi labor, me daré por satisfecho, si logro merecer la aprobación y aplauso de mi segunda y siempre madre el Ecuador. Juan Bautista Ceriola, Pbro. Barcelona 24 de junio de 1910″.
Después del año 1925 ya no se lee su nombre en el Archivo de la Rvmo. Curia. Afirman que viajo a Centro América y probablemente de allí volvió a España.