En 1859 Franco había visto ya que no era posible el establecimiento de un Gobierno único en la patria, sin acudir al empleo de las armas. Se tuvo por comisionado por todo el Ecuador para entrar en arreglos con Castilla, y acepto otra vez a don Juan Celestino Cavero como a Ministro Residente, a Cavero rechazado con justicia por el gobierno de Robles seis días después fue nombrado por el Gobierno del Perú, Ministro plenipotenciario en el Ecuador, el Sr. Manuel Morales, a causa de la salud de Cavero.
“El contrato Icaza-Pritchet, se había firmado el 21 de septiembre de 1857″. dice Montalvo. En la plenitud de sus derechos no tuvo inconvenientes el Gobierno del Ecuador, en extender el plano de las tierras baldías, que deseaba entregara a sus acreedores, en garantía de su buena fe. Uno de esos planos cayó en manos del general Flores, y este lo presento al General Castilla”. Ya tuvo este pretexto; y lo primero que hizo fue mandar a D. Juan Celestino Cavero, como Encargado de Negocios a Quito, con instrucciones para que provocara rompimiento, pues era adecuado, por su mala crianza y altivez. Desde que llego a Quito, Cavero se mostro altanero y descortés: ante de notificar oficialmente al gobierno su llegada, reconvino, por medio de una escuela, al ministro de Relaciones Exteriores, porque el Presidente de la Republica no le había aun visitado. Promovido, meses después, de encargado de Negocios a Ministro Residente, Fue recibido en audiencia pública, mas no se imprimió su discurso, porque, por la negligencia propia de la época, demoro 21 días de la publicación del periódico oficial. Indigno el Sr. Cavero y en nota verbal pregunto la causa del retardo al Ministro de relaciones exteriores. La contestación de este fue algo severa, pero digna. El 11 de noviembre de 1857 protesto Cavero contra el contrato Icaza-Pritchet, y su protesta se funda en la cedula real del 15 de julio de 1802, expedida por informes del, en aquellos tiempos, Gobernador de Manías, D. Francisco Requena, con el fin de que se erigiese allí un nuevo obispado, sufragáneo del Arzobispado de Lima. Este argumento fue refutado triunfalmente por el Dr. Antonio Mata, Ministro de Relaciones Exteriores, en nota de 30 de noviembre. “El Sr. Mata, dice D. Pedro Moncayo, contesto la nota del Ministro peruano manifestando que la cedula eclesiástica de 1802 no tenía fuerza obligatoria, porque no había recibido el pase del Virrey de Santa Fe, ni del Presidente de Quito, requisito esencial tratándose de territorios que habían estado largo tiempo la jurisdicción de estos Magistrados. Al Plenipotenciario Peruano, y también al Ministro de Relaciones exteriores de Nueva Granada, quien en vista de la nota del 11 de noviembre, firma por el primero, pidió explicaciones al ecuador por el contrato Icaza-Pitchit, manifestó el Sr. Mata que ninguna de las dos naciones vecinas experimentaría el más leve daño, a consecuencia del contrato, presupuesto la evicción y saneamiento. En diciembre de 1857 defendió Álvarez a Flores, siguió una protesta de aquel y una impugnación de Mata, pero el resultado fue que la reclamación no fue acogida y Venezuela y el Ecuador quedaron de buenos amigos como el Sr. Cavero andaba en busca de pretextos para que el Perú rompiese con la Nación ecuatoriana, hallo uno y muy satisfactorio en las palabras del Sr. Mata, concernientes al Perú, en la susodicha conferencia. El 19 de febrero de 1858 reclamo Cavero por aquellas frase, en la nota diplomática, la que fue contestada triunfalmente por Mata, el 14 de marzo siguiente: Cavero decía que había ultraje al Perú en la frase recelosos los Estados colombianos de esta sórdida y menguada protección peruana, y Mata respondía que Flores, para invasión de 1852, obtuvo el auxilio del gobierno del General Echanique, y que este auxilio fue sórdido y menguado, no el del Perú, porque él no lo presto. Cavero insistió en la reclamación el 18 de marzo de 1858 en términos ya injuriosos, y D. Francisco P. Icaza, quien entonces desempeñaba el ministerio de Relaciones Exteriores, le respondió dignamente el 30 de aquel mes. En esta misma fecha volvió a insistir Cavero, repitiendo y acumulando ofensas; pero Icaza volvió a razonar, como si trataba con persona que no tuviera enemistad preconcebida. Cavero se quejaba también, lo que despojaba de elevación a sus reclamaciones, de que la prensa ecuatoriana insultaba a él y a su Gobierno. El Sr. Icaza, escrita su contestación a Cavero el 10 de Abril, partió a Lima como Encargado de Negocios, y Volvió al Ministerio de Relaciones Exteriores el Sr. mata Luego insistió Cavero con una descortesía increíble. El 14 de junio de este mismo año paso otro oficio Cavero, exigiendo las satisfacciones anteriormente pedidas.