Alejandro Cárdenas, quiteño y Rafael Troya, ibarreño, nacieron con apenas un día de diferencia en el mes de octubre de 1845, hace exactamente 150 años Cárdenas, maestro y propagandista de ideales liberales vino al mundo el 24, mientras Troya, el inmenso pintor, bohemio y humanista a toda prueba, alegro el hogar de sus padres el 25.
El rebelde Cárdenas
Los progenitores del valor pichinchano fueron José María Cárdenas y Antonia Proaño, quienes educaron con esmero a su párvulo tanto en la escuela de los franciscanos como en el colegio de los jesuitas. Después de ingresar a la Universidad de Santo Tomas de Aquino, en Quito, donde destaco por su inteligencia y carácter Luchador, Cárdenas tuvo que venir a Guayaquil para continuar y concluir sus estudios de Jurisprudencia, porque sufrió la persecución del Presidente Dr. Gabriel García Moreno.
Ejemplar aporte
Coronada su carrera Universitaria no tarda demasiado en retornar a su tierra nativa para dedicarse a una actividad Febril que tanto bien les hizo no solo a sus conciudadanos sino también a la comunidad compatriota en general.
Alejandro Cárdenas fue Rector del Colegio Mejía, Profesor de la Universidad Central, Ministro de la corte Superior de Justicia, Senador de la Republica, Concejal de Quito, Ministro de Hacienda, Ministro Plenipotenciario en Chile, Embajador en la Argentina y Representante del Ecuador a la Cuarta conferencia Panamericana reunida en Buenos Aires.
Trayectoria
En suma, la Brillante trayectoria de Alejandro Cárdenas Proaño, quien murió en la capital de la Republica el 3 de octubre de 1922, tiene merecimiento para exaltarse en todo momento por la actitud férrea y permanente en la defensa de las instituciones democráticas. El atildado valor, brillante además por sus datos de diplomático.