Durante la época del mando del general Urbina solo se fusilo a Briones y a sus cómplices en el asesinato horrible cometido por esos bandidos en algunos de los hombres que flores traía en su expedición piratica en 1852. Esta expedición protegida por Echanique, Presidente del Perú, se hizo con el pretexto de restablecer el gobierno legítimo de Noboa, como si Noboa no hubiera debido, como Urbina, su elevación a un movimiento de cuartel. Echenique ofreció a Noboa toda clase de elementos, con la sola condición de que el general Flores, el traidor a la América, que había sabido captarse su voluntad, sería el jefe militar de la invasión, y aun cuando es un hecho que Noboa rechazo esa protección, el caso es que Flores engancho a toda la gente perdida de las costas peruanas y chilenas y acompañado por don Manuel Carbo, sobrino de Don Diego Noboa y por Vicente Piedrahita; el Comandante Sotomayor y Luna y otros pariente y amigos del mismo ex-presidente, salió del Callao en el vapor Chile y seguido por cuatro buques de vela, atestados de elementos de guerra, don Diego Noboa, se traslado a Piura más tarde, con el objeto de recibir a su familia que debía llegar del Ecuador. En la isla de Puna se avistaron con Flores el Teniente Coronel Víctor Proaño y otros Noboistas, y se comprometieron a marchar al centro de la republica, a revolucionar el país pero no cumplieron nunca sus promesas, flores entro a la ria de Guayaquil y disparo algunos cañonazos contra la ciudad. Los generales Urbina, Illingworth y Villamil defendieron la plaza, y le obligaron a retirarse vergonzosamente sin haber ocasionado otro daño las balas de su buque, que le muerte de un español Reina (partidario entusiasta de Flores), el cual salió al balcón de su casa a gritar como energúmeno en los momentos del bombardeo.
En 1851 Don Diego Noboa hizo los siguientes Cambios
Urbina quedo sin colocación en el ejercito, después de haber rechazado el ministerio de Guerra; Robles descendió, de comandante general del Guayas, a Comandante General de Marina, en un puerto donde tal matona no existía. En lugar de Robles coloco al general Bordeo en la comandancia General; y para asegurar mejor su poder, nombro Gobernador de la provincia a su sobrino Dn. Manuel Carbo Noboa, con lo cual satisfacía además las aspiraciones de la familia. El presidente Noboa hizo por su parte iguales aprestos y nombro al general Urbina comandante en jefe del ejercito con este nombramiento recibió casi a un tiempo, avisos de sus amigos de Quito, en que le anunciaban que se le llamaba a tomar el modo del ejercito de operaciones para sacarle de Guayaquil y deshacer de él. Urbina desconfiando con estos avisos, pidió que para su marcha se le diese una escolta, puesto que iba como general en jefe, El Gobernador se negó a dársela y con este motivo se aumentaron las sospechas de Urbina, que rehusó marchar, mientras no le diesen la escolta pedida.
Entre tanto, el Presidente Noboa se preparaba a bajar a Guayaquil a recoger su familia para regresar con ella a la capital. Conocido su itinerario, Urbina y Robles sublevaron por segunda vez las tropas de la Guarnición el 17 de julio de 1851, e inmediatamente despacharon en dos esquifes armados a los comandantes cornejo y torres, para que lo aprendiesen en el rio y lo depositasen en el quito de guerra, que estaba frente a la ciudad. Los comisionados ejecutaron estas órdenes con toda puntualidad. Seguidamente le hicieron partir a centro América en el mismo buque, en vez de recibirle con los arcos triunfales que su sobrino el gobernador Carbo le tenía preparado. El Capitán sueco no pudo encontrar la escuadrilla en su trayecto a Guayaquil y dejando la fragata frente a la Isla Puna, subió en bote a verse con el general Urbina después de haber sido atendido y mimado por este General, volvió a la fragata para salir al mar. Pero a poca distancia encontró la escuadrilla invasora, flores que ya sabían cuales habían sido los propósitos del capitán sueco, le envió una comisión en que figuraba Dn. Manuel Carbo, sobrino de don Diego Noboa. (1852)
Falleció 29 de agosto de 1886.