Calvo y Rico Manuel

En 1847 fue expulsado de Guayaquil el Vice-Cónsul español, don Manuel Calvo y Rico por causas que no nos hemos detenido a averiguar. Los Cónsules hasta ahora, y más en ese tiempo, eran comerciantes que cubrían la mercancía con la bandera. La expulsión dio margen a una reclamación que término en 1851 reconocimiento el gobierno del Ecuador una deuda de trece mil pesos en favor de Calvo y conviniendo en que al izarse nuevamente la bandera española en el consulado de Guayaquil se le hicieran los honores en el saludo de veintiún cañonazos. El ministro de Relaciones que era el señor Larrea no tuvo inconveniente en acceder a este acto que le pareció de cortesía y los cañones sonaron en la ría.