Calisto Nicolás

La vanguardia de Montes está en “El calzado”, donde trata de detenerla Montufar el mayor tiempo posible. Un día, los traidores son descubiertos, camino del norte. Son Pedro y Nicolás Calisto, padre e hijo, que huyen con cuarenta mulas cargadas de oro y municiones; les acompañan sesenta hombres armados. Llevan el proyecto de unirse con los realistas de Pasto. Traerlos amarrados a Quito, y con toda la ostensión, de entonces para estos casos, se les a fusila en cadalso levantado en plaza pública. Vestidos están de túnica blanca con cruces rojas; llevan cadenas en los brazos y en los pies y un Cristo en la mano izquierda. El fusilamiento se efectúa a las doce del día después de largo doblar de campañas y al cabo de trategico doblar de tambores. La multitud que llena la plaza, presencia el espectáculo asombrado y se esconde después en su casa, en sepulcral silencio.