Había en dicha ciudad un joven de familia distinguida, llamado José Marcos, Comandante Marino: tenía muchos amigos, y no le fue difícil organizar una empresa de hombres de provecho. Comprometido a D. Francisco M. Game, capitán de vapor fluvial Washington, antes Anne, de la compañía Inglesa; y unido con D. Juan Heredia, D. Eduardo Hidalgo, D. Juan Bohórquez y otros 30 jóvenes valerosos del Guayas, salió ocultamente de Guayaquil y Babahoyo, todos se embarcaron en el Washington, el 31 de mayo de 1865, por la tarde; y por la noche embistieron osadamente al Guayas, buque de guerra del gobierno. Mandaba el comandante José Matos, quien fue muerto en la refriega. La tripulación del Washington, se unió con la del Guayas y ambos buques, al mando del comandante Marcos, tomaron rumbo a la costa del Perú, para ponerse a órdenes de Gral. Urbina, quien los esperaba en el buque Benardino, Mandado por el Cnel. José María Vallejo, militar guayaquileño de los tiempos de Bolívar. Acompañaba la Goleta la luz, a órdenes del comandante hasta cerca de Guayaquil, y se detuvo en los sitios llamados Punta Gorda y Cantagallo. El Cnel. Rafael Real se hallaba en Taura, y se incorporo a los expedicionarios, con un pequeño grupos de patriotas. Algunos días permaneció la flotilla en Punta Gorda, en expectativa de que Guayaquil se levantara; pero como esto no sucedió, hubo de regresar a Jambeli, en el Golfo, distante de Guayaquil 140 Kilómetros.