Desde el 31 de Mayo de 1575 estuvo presente en Lima el Hermano Jesuita Bernardo Bitti, pintor italiano enviado por el Padre General con finalidad de apostolado, como lo demuestra el texto de su asignación, justificada por ” lo mucho que pueden para con los indios las cosas exteriores de suerte que cobran estima de las espirituales, conforme ven las señales extremas y el mucho provecho que sacarían de ver imágenes que representasen con una majestad y hermosura lo que significaban, porque la gente de aquella nación va mucho tras estas cosas”. El hermano Bitti, a su llegada a Lima, hallo concluida la primera iglesia de una sola nave, que habían edificado los jesuitas. En año y medio de trabajo hizo de talla y pincel el altar mayor y los altares laterales y pintó muchas imágenes para la capilla, el coro, la sacristía y el convento, “sin que hubiese parte en que no estuviesen imágenes de su mano”.
