Berroeta Carrion Pedro Pablo.

Considerado como el hombre erudito, el Padre Pedro Pablo Berroeta Carrion pasa altamente por la Colonia por el cognomento de fácil versificador, de repentista, sin ser poeta, cuando en realidad lo es. El mismo no quiere serlo y por eso aparece, entre los hombres celebres de la Colonia, como el que menos reclama el titulo de poeta; mas todavía, es uno de los audentes, sin justificación, de la inmortalidad, si no es postergada gloria, y quien sobrevive por más tiempo, de entre sus compañeros, a las penalidades del destierro. Su nombre está ligado a dos trabajos realizados en los años de su vejez, pues según su propia confesión, de los que hizo en la juventud, no le ha quedado papel alguno. El primero de estos trabajos es un larguísimo poema en octavas reales acerca de la Pasión de Cristo; y, el segundo, una colección de “poesías mal digeridas”, la mayor parte, “parte de la vejez” llamada Coplones del viejo, que al parecer no se ha publicado completamente hasta ahora tratasele a Berroeta de poeta popular, de poeta espontaneo, de fácil improvisador, de repentista. El mismo, con total sinceridad, califico al centon de la Pasion de obra vulgar para gente vulgar, falta de todo adorno. Pero, según G.H. Mata, que lo identifica con el sobrenombre de Dante Cuencano, Berroeta poesía “gracia fresca” y era sobre todo “poeta de sobremesa, cuyas improvisaciones espejearían en la plata de los aguamaniles rebozando en los vientres festejantes de los canónigos o vicarios muy risueños. El Obispo de Cuenca en 1908 y que demoro diez años entre nosotros, el Ilmo. Manuel Pólit Lasso, publico en la unión literaria (Serie VII, No.1) un pequeño articulo encaminado a re indicar la personalidad del P. Berroeta y reprodujo el que escribiera sobre el autor de los coplones el P.L.L San Vicente, y se ocupo de estudiar el resumen histórico de la Pasión de Cristo Señor Nuestro, editándolo con algunas correcciones de su cuenta y riesgo. En esa nota el P. San Vicente da noticias sobre su vida y juzga su quehacer literario sin hipérbole alguna: si su merito como poeta aparece escaso dice, en cambio es notable la facilidad y soltura para la versificación. Y enseguida da a conocer algunas muestras de su astro: las octavas reales de la Pasión, la advertencia, la proposición, la invocación. El P. Berroeta, que nació el 1 de julio de 1737, falleció lejos de su suelo nativo en Sevilla, en donde desempeñaba un cargo de alguna importancia en un colegio de jesuitas, el día 15 de julio de 1821. .