Barahona Rafael

Barahona ha sido el más eminente fisiólogo ecuatoriano. Entre sus teorías la más digna de atención fue la de la digestión: observando el fenómeno que se verificaba en la fabricación de dicho líquido, también debían existir en el tubo digestivo ciertos fermentos mediante los cuales se verificaba la digestión. Se adelanto, pues en su adivinación científica a Claudio Bernard.
Después de la muerte del Doctor de la Gala, la c6tedra de Fisiología e Higiene la obtiene el Doctor Rafael Barahona. 
Con la libertad de estudios hubo facilidad de graduarse, Título en dos o más profesiones a la vez. Hubo médicos y farmacéuticos que trataron de ejercer ambas profesiones, to que estuvo prohibido por el Art. 107 del Reglamento de Policía, que tenia que ver. 
Con el ejercicio profesional, como antes lo hizo el Protomedicato.
Los interesados se dirigían al cabildo, como lo hizo en 1856 el
Doctor Rafael Barahona, que al mismo tiempo que ejercía la medicina era 
Profesor de la Universidad y farmacéutico del Hospital. El Cabildo
le dio la autorización de ejercer ambas profesiones, excepto los días que le toque turno en la botica del Hospital. 
Hubo un invento y un inventor en 1853: El aparato extensión y contra extensión para las fractures del Fémur, construido por el Doctor Rafael Barahona (1826-1896) llevado a Francia y reconocido útil en Paris por Tillaux en 1894, según se afirma.
En 1875 ejercía en Quito como medico el Dr. Rafael Barahona. La medicina interna estuvo en mejores condiciones que la Cirugía. Los doctores Rodríguez Maldonado y Rafael 4arahona fueron clínicos ilustrados lo mismo que el Doctor Miguel Egas. Con experiencia y vocaci6n, gozaron los dos primeros de gran prestigio popular y el tercero se 
destaco por su ilustrac1on, admirada por la clase culta. Como catedráticos dejaron honda impresión entre sus alumnos; bien parecidos, distinguidos los dos primeros, fueron el tipo del “magíster” de las cátedras universitarias del siglo pasado. El Doctor Barahona trato sobre su teoría enzimática de la digestión con novedosas observaciones Dej6 recuerdos en la mente popular y de su escogida clientela, por su ojo clínico y el acierto en el tratamiento de sus clientes. En 186lfue Director de la Facultad de Medicina.
Doctor Rafael Barahona fue clasificado para el pago del impuesto
Profesional, por ejercer su profesión en Quito. En 1872 extendió los Correspondientes certificados a las alumnas que habían terminado sus estudios, pues fue profesor de un Curso Partícular sobre Obstetricia.
El 25 de Mayo de 1870 fue elegido Director de la Sociedad Médica.
El doctor Rafael Barahona nació en Quito en el año de 1827. Siguió sus estudios en el Colegio de San Luís de los Jesuitas, graduándose de Bachiller en 1845. Alumno de la Facultad Medica de la Universidad Central, se empeño en conocer anatomía en el cadáver y no en las laminas y descripciones del texto que hacia leer el profesor con un alumno. Su afán positivista de aprender como es debido y su preocupación naturalista y objetiva, lo llamaron a reunirse con sus compañeros de estudio para esconder los cadáveres tanto hacer disecciones y aprendizaje de Anatomía por cuenta propia, en un apartado cuarto del Hospital, con todas las incomodidades sin ninguna instalación y con unos pocos instrumentos, los estrictamente necesarios.
Habían una Facultad Medica con cuatro profesores, un profesor de Anatomía entre ellos y los alumnos tenían que aprender la materia por propia iniciativa en el cadáver, lo que nos hace ver la forma en que marchaban los estudios de medicina en 1846 y la vocación y afán del doctor Barahona, que como la mayoría de los médicos ecuatorianos que se destacaron en el siglo pasado, fue un autodidacta, que más se debió a su propia afán e iniciativa que el medio universitario que debía formarlo; así como en nuestro tiempo, pera aprender una especialidad o estar bien enterado en Medicina, el egresado tiene que 
Adiestrarse e instruirse fuera del país. La Universidad no cumplía con su misión, estaba desbaratada. Tuvo que venir la clausura y reforma garciana pare sacarla de su postración.
El esconder cadáveres le ocasiono el estudiante Barahona continuas molestias, reclamos y contrariedades, pero logro aprender Anatomía como deseaba, pasado al estudio de fisiología al ano siguiente, materia que, lo cautiv6 y fue la de sus afanes cuando ya estuvo de Doctor.

Ya con el título de Médico se afano en recibir lecciones del curso regular de Química y Botánica, materia Ate ultima de gran utilidad pare los médicos de ese tiempo, que aplicaban la fototerapia extensamente, La investidura de Doctor la recibió en 1851 y al año justo ya lo nombraron Profesor Sustituto de Patología se presento a la oposición de la cátedra de fisiología e Higiene y la consiguió en 1857, siendo el que sucedió al viejo Profesor y personaje Medico Doctor Manuel de la Gala, que con su muerte dejo vacante la cátedra desde alumno tuvo aficiones por la fisiología. Cuando llego a profesor de la materia, instalo un laboratorio en su casa para investigar y enseñar a sus alumnos, ya que la ayuda y recursos de la facultad de nada le sirvieron. En su laboratorio, equipado con lo que pudo y consiguió, hizo investigaciones sobre la función enzimático del jugo gástrico y la glicogenia, con el merito de ser el primer investigador entre los médicos ecuatorianos, en tiempos en los que ni se tenía idea, ni menos sabia tradición, ambiente, ni escuela para investigación, que debió ser la Facultad Médica, que de nada le sirvió, teniendo que el solo idear sus aparatos y sus métodos, su plan de trabajo, sus planteamientos, observaciones y deducciones, siendo otro de los autodidactas que han vencido la estreches del medio universitario que les toco vivir. Afirman que en 1853 invento un aparato de extensión y contra extensión para la fracturas del fémur, que conocido pro Tilleaux en París, es el mismo que después se llamo aparato de extensión continua de Tilleaux. El doctor Barahona sirvió a la cátedra por treinta años. Como después de obtener el título de doctor en medicina siguió y termino estudios de Farmacia, graduándose de licenciado en 1855, enseguida fue nombrado farmacéutico de la botica del hospital San Juan de Dios, donde preparo su popularizada Poción Barahona, un tónico utilizado por los médicos y el pueblo hasta la primera década de nuestro siglo, con gran demanda y fe en sus supuestas virtudes, y una Poción Indiana para el Paludismo, con menos fama pero mucha venta. Sirvió en el Hospital San Juan de Dios durante los treinta años de su magisterio. Como casi todos nuestro medios de prestigio de la época fue cirujano Militar en 1852; cirujano del escuadrón de Lanceros en 1843 y llego a cirujano mayor del ejército en 1860. En la batalla de Guaspud estuvo de cirujano del ejército de las tropas de García Moreno, cayendo prisioneros de los vencedores colombianos después del descalabro de 1863. Tuvo el grado de teniente coronel del ejército después de haber sido cirujano de los batallones No.1 y No.2 de línea en los años que corrieron de 1867 a 1872. Estuvo de cirujano de primera clase en el Hospital de Quito, sección Militar desde 1878 hasta 1885.
Fue concejal Municipal de quito y le nombraron miembro del consejo del estado, fue legislador en los congresos de 1875 a 1894, habiendo sido electo vicepresidente de la cámara en este ultimo año. Falleció en Quito el 1 de marzo de 1898 a los 71 años de edad.
Se distinguió por su certero ojo clínico. El pueblo y sus colegas respetaron sus opiniones y tuvieron confianza en sus tratamientos, para los que tuvo fama de atinado, su larga vida de cirujano Militar le familiarizo con la cirugía de guerra y la traumatología, que las practico en los campos de acción de armas en las que estuvo presente.
Cultivo variadas ramas del ejercito médico como todos los colegas de su tiempo: fue Internista, Cirujano, Cirujano Militar, además de ser farmacéutico con aficiones química y a la botánica Médica, pero en lo que se distinguió fue en el cátedra universitaria de fisiología que la modifico y modernizo y en la investigación fisiológica en la que fue el primero, a más de su merito como disector y curioso de la anatomía, aprendida en el cadáver en su tiempo de alumno, cuando esta materia era enseñada en laminas y lecturas de texto, al que habías que conseguir al pie de la letra, dejando olvidada la docencia objetiva iniciada por el Doctor Acevedo.