Baldeón Alfredo

Alfredo Baldeón Silva, guayaquileño y figura principal de la novela “Las cruces sobre el agua”, escrita por Joaquín Gallegos Lara, es una personalidad histórica. Nació en 1900 y fue un decidido luchador social.
Alfredo Baldeón Silva, obrero panadero, revolucionario de 22 años de edad, fue uno de los primeros que cayó la negra María Montaño, vendedora ambulante.
Baldeón fue presidente de la sociedad “Unión de Panaderos de Socorros Mutuos”, afiliada a la Federación de Trabajadores Regional octubre de 1922 y dirigió el movimiento huelguístico y popular de octubre y noviembre de este año.
Los obreros panaderos tienen mucho prestigio en la historia de las luchas sociales. En Guayaquil, en 1889, declararon la primera huelga obrera que se conoce en el país, por aumentos salariales. A estas luchas se conoce con el nombre de “Las guerras del plan”.
La sociedad “Unión Panaderos de Socorros Mutuos” fue fundada el 1de diciembre de 1898. su primer directorio estuvo formado por Belisario Estrella, Presidente; Francisco Baco, vicepresidente; Pedro Berón secretario; Gervasio Bourau, tesorero; y Belisario Cervantes; Guillermo Martana, Francisco Navas y Marcos Parreño, vocales. Los socios fundadores fueron Eleodoro Baldeón, Adriano Rivera, Luís Reyes Gabriel Saavedra, Pedro Macías, etc.
A esta institución de noble Prestigio perteneció como dirigente Alfredo Baldeón Silvia, mártir de la clase obrera ecuatoriana.
“Baldeón iba a la cabeza de la manifestación del 15 de noviembre, que a primeras horas de la tarde, se encaminaba a la gobernación a solicitar la libertad de los obreros detenidos. Esta manifestación fue recibida a bala al llegar a la avenida Olmedo y Eloy Alfaro. BALDEON FUE UNO DE LOS QUE REACCIONO PRIMERO Y SE APODERO DEL FUSIL DE UN POLICIA que hacia guardia en electoral, instalada al pie de la Maternidad, actualmente Hospital del niño Alejandro Mann. Con el fusil en las manos paso a las calles Chile entre Luzuriaga y Avenida Olmedo y contesto los primeros fuegos de la policía. El que fue violentamente acometido por las tropas y cuando se le acabaron las pocas balas de que disponía fue ATACADO POR UN CAPITAN DE POLICIA, N. MOLINA, QUE LE CLAVO SU YATAGAN EN LA BOCA, HASTA MATARLO.
Los obreros lo trasladaron a la maternidad pero fue inútil, las afecciones de nada sirvieron.
Su padre Juan Baldeón Román, y sus familiares, entre los que estaba su primo hermano José Estrella Baldeón, que nos ha relatado estos hechos, trasladaron su cadáver a su domicilio situado en Cacique Álvarez (Lazarista) entre Huancavilca y Capitán Nájera, donde fue velado, trasladándosele después al cementerio. Por la afición heroica de obreros y familiares, Alfredo Baldeón se libro de que su cadáver fuera arrojado al río Guayas”.
Existe una placa en el cementerio General de nuestra ciudad en homenaje a Alfredo Baldeón, PANADERO Y MARTIT DEL 15 DE NOVIEMBRE DE 1922. Esta es la breve historia de un hombre que ha pasado a la inmortalidad y que permanece en la memoria de nuestro pueblo como símbolo de lucha y coraje.
En homenaje a su memoria, el poeta Rafael Larrea ha escrito los versos “ELEGIA PARA ALFREDO BALDEON”, en los que dice, “El muerto fue un panadero, trabajador, fiel compañero que arrebato el fusil criminal y lucho; por su vida lucho y por todo el pueblo, Alfredo Baldeón”.