ARBOLEDA POMBO JULIO

POLÍTICO.- Nació en las minas de Timbiquí, Departamento del Valle del Cauca, Colombia, el 9 de Junio de 1817 y fue bautizado como Martín Alonso Julio César. Hijo legítimo de José Rafael Arboleda Arroyo (1795 – 1831) partidario de la causa patriota, que figuró entre los vencedores de la batalla del Palo y sirvió a la república con cuantiosos donativos. Miembro del Cabildo libre de Popayán, alcanzó el grado militar de Coronel. Había casado en Popayán el 25 de Febrero de 1816 con Matilde Pombo ODonnell y se retiró a sus propiedades mineras en Timbiquí donde poseía numerosos esclavos para los lavaderos de oro. Su salud se debilitó a causa de unas úlceras intestinales. Amigo personal de Bolívar, éste lo designó en 1823 Secretario de la Legación en las Repúblicas del Pacífico a cargo de su primo Joaquín Mosquera y al regreso fue electo Senador por el Cauca al Congreso de 1827 donde se distinguió por su erudición y dotes de elocuencia. Versado en el latín y hábil traductor de Horacio, estuvo entre los fundadores de la Universidad de Popayán, contribuyendo con una fuerte acreencia que tenía contra el Convento de Santo Domingo donde se instaló dicha Universidad en la que enseñó Literatura. En 1828 viajó por Europa. Durante un nuevo viaje en busca de salud falleció en Pisa, Italia, el 17 de Noviembre de 1831 de escasos treinta y seis años.

El mayor de dos hermanos, su abuela Beatriz O’ Donnell y el preceptor Manuel Maria Luna le enseñaron las primeras letras. De once años fue llevado por su padre a Londres y quedó bajo los cuidados de un profesor español, luego pasó a Roma. Huérfano a los catorce años, volvió a Colombia por la vía de Cartagena y el Chocó. Hablaba inglés y francés casi a la perfección.

Hizo estudios de Jurisprudencia en Popayán y redactó el periódico “El Independiente”. El 39 casó con su parienta Sofía Mosquera y Hurtado con larga descendencia. En 1840 tomó parte activa en la Guerra Civil defendiendo al gobierno, alcanzó el grado de Teniente Coronel y fue enviado en Misión Especial al Ecuador y ante los revolucionarios de Panamá.

Restablecida la paz editó el 42 “El Patriota” y el 43 “El Payanés”, regresando a Caloto en el valle del Cauca, pues sus asuntos personales estaban desatendidos y fue Concejal y Jefe Político de ese Cantón.

El 44 concurrió a la Cámara por la Provincia de Buenaventura y se hizo notar porque hablaba como los españoles, distinguiendo la diferente pronunciación en la c, la s y la z. Ese año apoyó la candidatura presidencial del General Eusebio Borrero. Volvió a la Cámara el 45 y el 46. El Presidente Tomás Cipriano Mosquera le ofreció la Cartera de Hacienda que declinó aceptar.

El 48 fue Diputado por Barbacoas. Con Lino de Pombo escribió en “El Siglo” a favor de la candidatura presidencial de Florentino González. Entonces le fue ofrecido el Ministerio de Relaciones Exteriores que tampoco aceptó. El 49 inició su gobierno el liberal José Hilario López.

Arboleda era un político conservador y como tal encabezó en 1850 la oposición en el valle del Cauca contra el gobierno liberal, escribió en “El Misóforo” y habló en reuniones populares. En 1851 estalló la revolución en Pasto, Antioquia, Neiva y Tunja, tomó las armas contra el gobierno pero fue vencido y tuvo que salir al destierro en Lima, llevándose a todos sus trabajadores esclavos negros para evitar que fueran declarados libres por el Congreso de la Nueva Granada como estaba anunciado.

En la capital peruana logró venderlos a muy buenos precios para los ingenios azucareros de la costa (aún no llegaban los coolies chinos del Asia) Allí trabajó de profesor y fundó el periódico “El Intérprete del pueblo”. En Junio del 53 la Nueva Granada y el Perú suscribieron el Tratado conocido como Lleras – Paz Soldán y en la segunda cláusula se estipuló que el Perú resarciría a la Nueva Granada con dos cientos mil soles oro para rescatar a los negros que Arboleda y otros esclavistas habían negociado. I lo que era peor, a ciento diez jóvenes y niños que sacaron aduciendo que era esclavos cuando en realidad ya estaba manumisos por la Ley colombiana de partos. Ricardo Palma cuenta que durante esos meses formó parte del grupo de literatos de la capital peruana y que hasta dejó discípulos, pues su canto épico nacional “Gonzalo de Oyón” era ampliamente conocido.

Esta obra cuenta la malograda insurrección de su hermano el conquistador Alvaro de Oyón ocurrida en 1553 contra la recién creada Audiencia de Santa Fe de Bogotá. El protagonista del poema, al revez de su hermano rebelde, es la personificación del caballero sin mancha. La composición, aunque incompleta pues solo se publicaron algunos fragmentos, le permitió tentar por primera ocasión en Colombia una literatura indianista, con formas poéticas influidas por la lectura de los principales autores románticos españoles de esos momentos. Varias partes de su poema se perdieron cuando sus enemigos políticos destruyeron los originales por pura maldad.

El 52 se instaló en New York con su familia. El 53 inició su gobierno el liberal José Maria Obando. A finales de año fue electo Diputado por el Chocó. En Febrero del 54 obtuvo la Presidencia de la Cámara. El 17 de Abril, al estallar la dictadura del General José Maria Melo, salió subrepticiamente de Bogotá burlando la vigilancia de la policía y haciendo uso de la autorización que le había conferido el Vicepresidente José de Obaldía, envió órdenes a los Gobernadores de las provincias caucanas y de Antioquia, para que organicen sus efectivos. En el Espinal le fue entregado el mando de ambas fuerzas, que reorganizó y fue la base del Ejército del Sur. El General López tomó el mando. Arboleda comandó una de las columnas y asaltó a Guaduas. El 54 fue candidatizado para ocupar la Vicepresidencia de la República. El 55 volvió a presidir el Congreso y dio posesión al nuevo Vicepresidente Manuel Maria Mallarino.

El 58 fue electo presidente el conservador Mariano Ospina. El 59 Arboleda fue Senador por Cundinamarca y salió Primer Designado para reemplazar al Presidente de la República. Terminadas las sesiones viajó a Paris donde estaba radicada su familia, pero al poco tiempo fue llamado por el gobierno pues nuevamente se había declarado la revolución en Colombia, Los liberales estaban encabezados por su pariente el General Tomás Cipriano de Mosquera. A finales del año, como Jefe del Estado del Magdalena, inició campaña contra las fuerzas liberales sublevadas. Ejercía la jefatura de la Sexta División del ejército de la Confederación Granadina, también llamado Ejército Legitimista. Recuperada Santa Marta por los conservadores pasó a gobernarla, pero los liberales la atacaron a mediados del 60 y poco después la ocuparon. Arboleda huyó al Istmo de Panamá y de allí regresó al Cauca por la vía de Tumaco.

El 18 de Julio de 1861 Mosquera entró en Bogotá, mientras en las provincias continuaban los enfrentamientos armados entre liberales y conservadores. Arboleda, fue designado jefe del gobierno por los conservadores y enfrentado al ejército liberal del General Miguel Quijano el 31 de Julio logró una gran victoria en el sitio Los Arboles y el 10 de Agosto ocupó por asalto Popayán, pero tuvo que evacuarla y aunque nuevamente la recuperó en Enero del 62, por prudencia trasladó su cuartel general al sitio de Antonmoreno, pues los liberales controlaban la mayor parte del valle del Cauca.

Mientras tanto el jefe liberal Payán derrotaba al conservador Henao en el combate de Las Hojas y lo hacía prisionero. Arboleda atacó Cali, venció en el sitio El Cabuyal a Payán y rescató a Henao el 11 de Abril.

En el interím, ambos gobiernos, el conservador y el liberal, mantenían representantes diplomáticos en Quito. El Dr. Manuel Maria Castro era Agente del gobierno de Mosquera y Arcesio Escobar estaba encargado del Consulado General de la Confederación Granadina o gobierno de Arboleda por ausencia del titular Ramón Orejuela.

Escobar era joven, tenía una hermosa apostura varonil y en los corrillos de Quito se rumoraba que mantenía un flirt con la bellísima Virginia Klinger Serrano, a quien también enamoraba el presidente Gabriel García Moreno apasionadamente, a pesar de que la señora estaba casada con Juan Aguirre Montúfar amigos de ambos pretendientes. Dada la usual alteración y violencia de carácter del presidente García Moreno, al enterarse de esta situación y sin trepidar en la calidad diplomática que ostentaba su rival Escobar, dispuso su inmediato arresto, que se produjo con grave escándalo público pues el joven colombiano fue escoltado por las calles a vista y paciencia de la población, pero al pasar por los bajos de la casa de los Aguirre, avisada doña Virginia del suceso, bajó las escaleras e interpuso sus buenos oficios ante el Oficial de guardia logrando que el prisionero fuere liberado. Al conocerse el incidente, que más parecía sainete cómico, todo Quito se rió del tirano y éste se sintió doblemente burlado con la fuga. Ciego de rabia, sabiendo que Escobar se encontraba refugiado en el campamento del Presidente Arboleda, esperó pacientemente para cobrar venganza.

La oportunidad se le presentó semanas más tarde cuando ocurrió un incidente baladí entre el Jefe militar de Tulcán Vicente Fierro y el Mayor Matías Rosero jefe de una partida de soldados neogranadinos que había cruzado la frontera colombo – ecuatoriana en persecución de algunos partidarios de Mosquera que huían derrotados. Fierro reclamó a Rosero, discutieron y en un momento dado el ecuatoriano fue agredido a planazos que le dejaron siete heridas en la cabeza, espalda

y brazos, que debieron ser más bien superficiales pues sanó pronto. Este asunto no constituía un hecho aislado ya que los soldados colombianos de ambos bandos (el liberal y el conservador) acostumbraban               perseguirse

mutuamente, incursionando con suertes varias dentro de nuestro territorio; sin embargo, García Moreno, usando términos descorteses y hasta agresivos, exigió a Arboleda – en cumplimiento de un tratado suscrito entre Colombia y Ecuador en 1856 – la extradición de Rosero y su inmediata entrega a la justicia ecuatoriana. Una invitación a conferenciar, formulada por el jefe colombiano para darle amistosas explicaciones, dado que ambos profesaban la misma ideología conservadora, fue desoída.

García Moreno se había apresurado a enviar un contingente de tropa al mando del Coronel Daniel Salvador y hasta dispuso que su Edecán Napoleón Aguirre García, acompañado de dos sargentos se entreviste con el Coronel José Francisco Zarama, Jefe de las Provincias del Sur de Nueva Granada. Aguirre cometió el error de presentarse uniformado en el campamento de Arboleda y sin guardar las formalidades usadas en tiempo de guerra, es decir, los tres toques de corneta de anuncio, por eso fue arrestado y obligado a repasar la frontera. Enseguida Arboleda marchó a Pasto para estar más cerca de los acontecimientos, mientras García Moreno se situaba en Tulcán con 1500 soldados y 400 colombianos partidarios del Presidente Mosquera decididos a escarmentar a sus paisanos partidarios de Arboleda. Los ejércitos se enfrentaron el día 31 de Julio de 1862 en la colina llamada de Las Grada a la vista de la población de Tulcán.

A las diez de la mañana la artillería ecuatoriana abrió fuego y aprovechando el momento del recargue Arboleda atacó a fondo con su infantería formada casi toda por soldados veteranos en varias campañas. Al cabo de una hora, los ecuatorianos empezaron a defeccionar por bisoños y colaticios. García Moreno se desesperó, quiso darles ejemplo e intentó con seis miembros de su guardia atropellar a los colombianos pero al ver que uno de los suyos caía herido y muerto un caballo, se alejó del campo hacia un lugar próximo en la llanura y se echó en el suelo. Al cabo de unos momentos vio venir a dos colombianos del grupo de Sergio Arboleda hermano del General en Jefe. Les pidió decir al vencedor que le mande a un distinguido oficial para rendirle su espada, pero mientras la comitiva iba a dar parte del suceso, el Coronel Erazo y su gente le encontraron primero y uno de los oficiales se acercó al tirano para que entregue sus armas. Al preguntar García Moreno a quien tenía la honra de rendir su lanza y su espada, la respuesta le dejó helado, pues se trataba del mismísimo Coronel Matías Rosero, alias Raspadura, autor involuntario de todo este desaguizado. La acción había durado dos horas y un cuarto, la derrota ecuatoriana fue total. El enemigo nos tomó setecientos prisioneros entre los cuales se contó el Ministro de Guerra y Marina del Ecuador y comandante en jefe de las tropas Daniel Salvador, la oficialidad y miembros del Estado Mayor, las piezas de artillería y todos sus elementos bélicos. Esa noche los colombianos ocuparon Tulcán y hubo toda clase de exacciones. En la plaza principal armaron una hoguera donde quemaron la ropa vieja y gastada que habían llevado puesta, pues habían tomado otra nueva de los almacenes de la ciudad, que lucían orgullosamente. A las señoras les quitaron las pocas alhajas que tenían. En fin, se mostraron como unos facinerosos.

En cambio, el caballeroso Arboleda se portó en extremo generoso. Durante los tres días que estuvo con García Moreno ambos oían misa diaria y por eso ajustó un Tratado de alianza con el Ecuador para sellar la paz así como un convenio personal y secreto por el cual, el presidente ecuatoriano se comprometió a entregarle cuatro mil fusiles nuevos y buenos con sus bayonetas, 200.000 cartuchos de pólvora, 400.000 fulminantes, 2.000 uniformes para la tropa, 100 quintales de nitro y 100.000 pesos de a 8 décimos; pero, una vez libre, García Moreno viajó a Guayaquil sin dar la orden oficial a las autoridades de Tulcán para que entreguen lo ofrecido bajo su palabra de honor y dejó al Vicepresidente Mariano Cueva hecho cargo del gobierno, quien tuvo que enfrentar las reclamaciones de los agentes de Arboleda que exigían el fiel cumplimiento de lo pactado. Juan Bautista Cajiao llegó a exigir que se dé la orden al Jefe Político de Tulcán pero todo fue en vano. Arboleda, al verse burlado, terminó quejándose amargamente. Estos vergonzosos incidentes se conocen como la primera de las dos Guerras de García Moreno con Colombia.

Libre ya Arboleda de la amenaza ecuatoriana abrió operaciones en toda la provincia del Cauca y tras larga y sangrienta campaña fue derrotado
el 18 de Septiembre en Cartago. Entonces decidió replegarse a Pasto para reorganizar sus huestes, pero al atravesar las densas selvas de Berruecos el 13 de Noviembre de 1862 fue alevosamente asesinado con un tiro de revolver disparado por Juan M. López, un fanático que creyó hacer un servicio a su Patria. Murió de solo cuarenta y cinco años de edad y su crimen quedó sin castigo.

Poeta, guerrero y publicista, prototipo del caballero culto, autor de un poema épico nacional, como literato está considerado uno de los más preclaros autores de la primera etapa del romanticismo en América del sur.