Álvarez Arteta Segundo

Nació en Quito en 1862
Sub diacono
Diacono 
Presbítero el 30 de Mayo de 1885
Cura de Ambato en 1891 – 1896 – 1897
Diputado por Tungurahua en 1894
Presidente de la Junta Administrativa del Hospital de Ambato – 1890
Vicario General de Guayaquil – 1905
Canónigo Honorario de Guayaquil – 1905
Canónigo Tesorero de Guayaquil – 1907
Falleció el 12 de Julio de 1928

Nació en la Parroquia del Sagrario de Quito, el 25 de Marzo de 1862, y fue bautizado el 30 de Marzo del mismo año por el Pbro. Carlos Rafael Pirot. Fueron sus padres Dn. Segundo L. Álvarez y Dña. María del Tránsito Arteta.

En sus primeros estudios tuvo como Maestro al insigne y virtuoso pedagogo el siervo de Dios Hermano Miguel, de las Escuelas Cristianas. Fue  contemporáneo del futuro Arzobispo de Quito, Monseñor Dr. Manuel María Pólit Lasso.

Sus estudios superiores efectuó en el Seminario Mayor de Quito, cuyo Rector fue el M.R.P. Pedro Schumacher, lazarista. Fue ordenado sacerdote, el 30 de Mayo de 1885 por Mons. José Ignacio Ordóñez.
Monseñor Álvarez Arteta ejerció el gobierno como Capellán, Párroco, Director de Colegio, Rector de Seminario, Diputado Nacional y Gobernador Diocesano, mereciendo elogio por el desempeño de todos esos cargos.

EN PORTOVIEJO: Llamado por monseñor Pedro Schumacher, obispo de Portoviejo, a esta ciudad, fue Director del Colegio Oficial “Olmedo” y Luego, Rector del Seminario.

VICARIO FORÁNEO DE AMBATO: Después de ser Canónigo de la Catedral Metropolitana de Quito, fue nombrado Vicario Foráneo de Ambato. Cuando estaba en esta ciudad, dice el Rmo. Sr. Juan de Dios Navas, “por su arrebatadora elocuencia, por su exquisito don de gentes que le dotó el cielo o por su proficuo gobierno parroquial, se captó las simpatías, estimación y respeto de tirios y troyanos”.

El biógrafo argentino Dn. Luis Barrantes Molina, que se ha ocupado magníficamente de la vida y hechos notables de Mons. Álvarez Arteta, y a quien recurrimos frecuentemente en estos rasgos biográficos, nos dice de él: “Tenemos a la vista cuatro números del periódico parroquial que fundó y dirigió Monseñor en aquella su primera parroquia, ellos bastan para hacer su apología; pues, en sus columnas se revela su celosa, activísima y caritativa actuación. Su preocupación dominante es la evangelización de los niños, de los enfermos, de los indios y de los pobres”.

“En una crónica, Monseñor da regocijadamente cuenta de 600 comunicaciones de indios”. “A mi juicio – dice él – este es el punto capital respecto de los indios. No olvidéis que como nosotros, tienen derecho al cielo. La abyección en que viven por nuestra indiferencia, las extorciones que a causa de la codicia y mala fe de los patronos les hace creer que no son de nuestro mismo origen”.

“¿Han pensado alguna vez nuestros congresos nacionales en mejorar la suerte de estos desgraciados?  ¿Con qué auxilios cuenta el párroco que quiere cumplir sus deberes y sacar a los indios de su miserable condición? A nosotros sacerdotes nos toca mejorar esta clase desdichada, digna por mil títulos de los más solícitos cuidados; pero necesitamos del concurso de los inocentes”.

Nueve años permaneció en su cristiana y noble feligresía de Ambato, en donde fundó en pocos meses tres escuelas. Sus mismas cualidades y méritos los hicieron salir, pues por ellos fue elegido Diputado y en ese carácter comenzaron sus persecuciones y sus éxodos que duraron toda la vida. Asimismo los Ambateños en ocasión oportuna hicieron defensa de su sagrada persona cuando fue perseguido. En Ambato fue el párroco bueno “que conoce a sus ovejas, una por una; que remedia sus necesidades y se asocia a sus pesares y alegrías, que le hablaba frecuente, sencilla y paternalmente en el púlpito y en su periódico: que los nutre a todos con la doctrina cristiana”.

VICARIO GENERAL DE GUAYAQUIL:
Monseñor Federico González Suárez, arzobispo de Quito, le nombró el 16 de enero de 1904, Provicario General de Guayaquil, y en Octubre del mismo año le nombra Vicario General. Es Canónigo Tesorero del Vble. Cabildo Eclesiástico.

Cuando por serios motivos de salud y otros, Mons. Alvarez Arteta pidió a tan ilustre Arzobispo Quiteño ser revelado en sus altas funciones para trasladarse a la sierra, el primero de Julio de 1907, Mons. González Suárez le contestó, entre otras cosas, lo siguiente: “Conferencié despacio con el Ilmo. Sr. Pérez Quiñonez, y no hemos encontrado con quién reemplazarlo a Ud.; es, pues, Ud. En las presentes circunstancias, relativamente necesario para Guayaquil. El día en que yo pudiera poner en esa atribulada Diócesis un Obispo elegido por Dios, cantaría, henchido de júbilo: “Nunc dimittis” de esta mi triste vida, que se consume con la esperanza de ver al salvador de esa diócesis. He rogado mucho a Dios: estoy haciendo que ahora mismo se pida a Dios con instancia, que se apiade de Guayaquil, y no desconfío de la bondad divina”.

VIAJE A BUENOS AIRES: Víctima de la persecución Alfarista tuvo que alejarse de Guayaquil.

El 26 de Julio de 1908 se le otorgan las Letras Comendaticias para cualquier Diócesis del orbe católico. Viajó rumbo a Buenos Aires. En esta Capital Argentina ocupó el cargo de Capellán del Buen Pastor. Fue Fundador y Director de una Sociedad de caballeros cultos, en “El Caballito”.

“A los 62 años de edad, por fin, después de mucho suplicar, consiguió Monseñor que le dijeran la lejana, rústica y pobrísima Capellanía del Socorro. Su cabeza venerable estaba coronada de nieve, pero ni el frio, ni el desengaño, ni la decepción, ni el desaliento habían invadido su intrépido y generoso corazón.” “La dulce quietud de la aldea, propicia a las efusiones de la piedad, le iba a permitir recogerse en su vida interior, a sumergirse en el país del recuerdo; pero todavía hay almas que evangelizar. Siempre supo unir la vida activa a la contemplativa del párroco y debía morar en su letra apostólica de oración y trabajo. Sin embargo, allí se perfeccionó su alma”.

“Tres veces tuvo Monseñor la gloria de ser perseguido por la causa de Jesucristo. La primera en 1899, siendo Diputado, cuando su palabra vibrante en defensa de los intereses de Dios y de la Patria, le conquistó el honor de ser preso y confinado a la provincia ecuatoriana de Esmeraldas, por orden del Gobierno sectario. Ese mismo Gobierno le conmutó después el confinamiento por el ostracismo, con el honroso encargo de estudiar en los archivos de España y del Vaticano. La cuestión de límites entre el Perú y el Ecuador. La segunda vez, en 1907, Monseñor fue perseguido por el destierro, la calumnia y el secuestro de sus papeles; y por último, fue agredido y herido a balazo en una calle de buenos aires, en 1908”.

Refiriéndose a la inocencia de Monseñor Nicolás Saa, como se le conocía en Buenos Aires, su biógrafo afirma: “Como esas cuestiones escabrosas, aunque se agiten para justificar la inocencia, siempre son ocasiones de escándalo sin que disipen completamente toda duda, y como los sacerdotes calumniados, esperan otra vida en que sean justificados y recompensados, generalmente prefieren callarse y expatriarse. Tal es el caso de Monseñor Álvarez Arteta”.

En 1922 desempeñó la Capellania de la Obra de Santa Filomena, que dependía de la Iglesia de San Miguel.
MUERTE GLORIOSA DE MONSEÑOR ÁLVAREZ ARTETA: Luego de hacer una reposada confesión con el Provincial de Redentoristas P. Petriella y después de recibir los últimos sacramentos de manos.

En 1892 manifestó que el Presbítero S.A.A. Cura de Ambato, dirige al H. Sr. Ministro de Estado en el Despacho de Justicia y Culto. – Ambato , 1892 – 8°, 14 pp.

En 1894 – Réplica improvisada en la sesión de la Cámara de Diputados del 1° de Agosto de 1894…en contestación al discurso del señor Defensor de los Ex Ministros de Hacienda. – Quito, 1894 – 8°; 13 pp.
En 1901 – La cuestión de límites entre las Repúblicas del Ecuador y el Perú – Apuntes y Documentos – Sevilla, 1901 – 2° p. VII-XVII, 558 pp. 4°

Recuerdo del mes de Mayo – Quito – 1904 el programa de las fiestas jubilares en honor de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen en la Diócesis de Guayaquil – 1904 – 17 x 11 – Imprenta Popular – sin numerar.

Álvarez Arteta, Segundo. La cuestión de límites entre las Repúblicas del Ecuador y el Perú. Sevilla; Tipografía Salesiana, 1901. 558 pp. Apuntes y Documentos.

Manifiesto – Ambato 1892 
Discurso pronunciado en la clausura del Congreso Hispano Americano en Madrid – Madrid 1900
Replica en contestación al discurso del señor defensor de los ex Ministros de Hacienda – Quito 1894. El Ecuador y el Perú 1901 Sevilla España.