Alfaro Delgado Eloy

José Peralta, el gran escritor liberal, decía que Alfaro “escribía con soltura y propiedad y tenía un sentido tan aguzado de la corrección gramatical, que cuando algún borrador oficial no le gustaba, le daba vueltas y revueltas hasta dejarlo en cristiano con la ayuda de secretarios y copias versados que nunca fallaron en su gobierno. Nació en 1842 y desde el 5 de Junio de 1864 (a los 22 años) hasta el 28 de Enero de 1912 (a los 70 años) va ocupando, cada vez el mayor grado, un lugar permanente en la vida política y social del Ecuador.

Alfaro inicia su vida pública con el movimiento llamado de El Colorado del 5 de Junio de 1864 cuando captura al Coronel (después General) Francisco Javier Salazar, Gobernador de Manabí este movimiento formaba parte de un levantamiento general dirigido por Urbina, en esa época el jefe indiscutido del liberalismo, que fracasó y terminó con el fusilamiento ordenado por García Moreno del General Tomás Maldonado, el mismo que ejecutó en Quito en Octubre del mismo año”. Alfaro tuvo que ausentarse del país para evitar la represión que desencadenó García Moreno y en la que murieron algunos de los amigos de Alfaro. En el año siguiente de 1865, Urbina inició una invasión al  Ecuador combinada con el levantamiento total, en el que tomó parte también Alfaro sin haber llegado a levantar en armas Manabí  por falta de acuerdo. Esta expedición terminó en Jambelí, cuando García Moreno personalmente derrotó a los expedicionarios y fusiló a los prisioneros que cayeron en sus manos, en la más feroz de las represiones Garcianas. Alfaro no pudiendo escapar por Manabí vino hacerlo por el mismo Guayaquil, estando en peligro de muerte, pues fue detenido momentáneamente por un soplón, pero salvándose, en definitiva, porque su disfraz  evitó que fuera reconocido por otro esbirro (Espinal, el que había denunciado al Dr. Viola), éste de mayor influencia ante García Moreno lo puso en libertad. En 1871 volvió a abrir campaña contra García Moreno en Manabí en un intento de proclamar Jefe Supremo a Vicente Piedrahita, pero fracasó, teniendo que retirarse abandonando un cargamento de armas de crecido valor que había traído desde Panamá.

El 6 de Agosto de 1875 fue muerto García Moreno en las gradas del Palacio de Gobierno de Quito. “En el tiranicidio del 6 de Agosto dice Alfaro, hay dos clases de actores uno libertadores, que se sacrificaron por patriotismos; y otros, asesinos de la calaña del individuo que aseguraba ni saber nada, (el Comandante Francisco Sánchez) y que fueron movidos por el resorte de bastardos, personalísimos intereses”. Pero la desaparición de García Moreno y el posterior levantamiento del pueblo de Quito el 2 de Octubre de 1875, eliminando a elementos de la oligarquía Garciana, los Salazares, fueron acontecimientos que abrieron las puertas, del Ecuador, a todos los desterrados y perseguidos de García Moreno. Entre él os volvieron al país Juan Montalvo y Eloy Alfaro. Todos los partidarios y grupos políticos Ecuatorianos, en un gran movimiento de unidad, llegaron al acuerdo de elegir Presidente de la República a Antonio Borrero Cortázar que se había distinguido luchando contra los abusos de García Moreno que había rechazado incluso la Presidencia y Vicepresidencia de la República para no admitirlas de manos del dictador García Moreno que lo había elegido como su candidato. El movimiento por elegir a Borrero tenía el propósito de elevar a un hombre que por su prestigio fuera capaz de terminar con la Constitución de García Moreno no de 1869 (aquella que exigía, para ser ciudadano, ser católico y que erigía al Presidente en un dictador) que constituía la base institucional del régimen Garciano Borrero trató de eludir ese imperativo y hacerse fuerte justamente  en el Garcianismo y en su instituciones. Alfaro fue uno de los que inició el movimiento contra Borrero: envió una solicitud al Gobierno en la que alegaba la nulidad del plebiscito de García Moreno, que aprobó la constitución de 1869, por no haber participado en él la mayoría del electorado. No habiéndose hecho el Gobierno eco de este y otros pedidos (como los artículos de Montalvo en el Regenerador), Alfaro inició la conspiración contra Borrero, para lo cual formó un grupo liberal que eligió como jefe a Nicolás infante. Alfaro fue promotor del movimiento del 8 de Septiembre de 1876 en Guayaquil, el mismo que desconoció a Borrero. Cuando jóvenes liberales indignados por el nombramiento de Veintimilla para reemplazarlo, Juan Montalvo se opuso por que consideraba que esa acción aparecería como una división motivada en ruines interés personales  y llevaría al fracaso un movimiento iniciado bajo los auspicios del liberalismo. 

Alfaro fue quién apoyó fuertemente la posición de Juan Montalvo y el intento de revocar a Veintimilla ni siquiera se inició a pesar que Montalvo fuera desterrado por aquél pocos días después. Alfaro salió a combatir por el triunfo de Veintimilla, como coronel ayudante de campo de Urbina. El Cuerpo del ejército que triunfó en Galte el 14 de Diciembre de 1876 estuvo dirigido por Urbina.

Al regreso de los combates que llevaron al poder a Veintimilla, Alfaro fue suspendido como oficial. Poco después Alfaro tornó al destierro. En 1879 lo llamaron de Guayaquil para que se pusiera a la cabeza de la revolución. Llegó de incógnito, pero fue delatado, reducido a prisión y atormentado con grillos. En la misma prisión inició una conspiración contra Veintimilla que también fue suspendido como oficial. Poco después Alfaro tornó al destierro. En 1879 lo llamaron de Guayaquil para que se pusiera a la cabeza de la revolución. Llegó de incógnito, pero fue delatado, reducido a prisión y atormentado con grillos. En la misma prisión inició una conspiración contra Veintimilla que también fue delatada, y se lo redujo a un calabozo “infiernillo”. Como los otros participantes de la conspiración iban a ser sometidos a Consejo de Guerra, Alfaro aceptó el destierro y el no participar en nuevas conspiraciones, siempre y cuando fueren puestos en libertad incondicionalmente todos los presos comprometidos en la conspiración. Una vez en libertad y desterrado a Panamá y no habiendo Veintimilla cumplido el compromiso íntegramente, Alfaro inició públicamente nuevas actividades contra el usurpador. 

En 1880, Juan Montalvo envió una delegación de liberales de las provincias del Norte de la Sierra para comprometerlo que dirigiera un movimiento revolucionario que iba a producir, cuando llegó a Tumaco para asumir la dirección del movimiento, ya se había desvanecido la conspiración y caído todos los planes en poder del Gobierno. Sin embargo, ignorante de este fracaso, el Coronel César Guedes se pronunció en Esmeraldas por la revolución; y Alfaro fue en su auxilio, suceda lo que sucediere, porque consideraba que debía auxiliar a los amigos que se habían levantado en armas, y esto lo hizo a pesar de que Montalvo le indicó que desistiera por ser inútil la operación.

Llegó a dicha ciudad, y vio que era imposible hacer que progresara el movimiento, sin disponer de los medios para sostener la guerra. Alfaro salió en busca de auxilio y recorrió toda la costa ecuatoriana, desde Esmeraldas hasta Túmbez, pero en ninguna parte pudo encontrar apoyo efectivo, y dio la vuelta al campamento de Guedes.

Al llegar halló la nueva de la contrarrevolución, efectuada por el mismo Guedes  que deseaba reivindicarse a toda costa ante el Gobierno.

Alfaro se salvó de caer prisionero de los contrarrevolucionarios por su sangre fría y temerario valor. En 1882 regresó a encabezar las campañas de Esmeraldas, provisto de armas. 

A pesar de las heroicas acciones de combate realizadas en San Mateoy otros puntos, la suerte le fue adversa, pero ni los revolucionarios ni Alfaro se desalentaron.

En 1883 se generalizó el movimiento contra la dictadura de Veintimilla y los revolucionarios tomaron Guayaquil el 9 de Julio expulsando del poder a la camarilla dictatorial. En esta campaña Alfaro jugó un papel muy destacado y fue jefe supremo de la provincias de Esmeraldas y Manabí. El Jefe liberal creyó llegada la hora de tomar el poder, más la debilidad política del movimiento liberal que se manifestó en una serie de credulidades e ingenuidades frente a las viejas oligarquías conservadoras, impidieron en ese momento la victoria de la causa de Alfaro. Derrotado Veintimilla, la convención de 1883 desplazó a Alfaro y eligió presidente a Caamaño, con  la volvió a  tomar el poder el terrorismo, fue tiempos después se camuflaría de “progresismo”.

En 1884, Alfaro inició de nuevo una arrojada y asombrosa campaña, llena de heroísmo como los combates de Jaramijó y Portoviejo. Derrotado Alfaro, no termino la revolución. Justamente desde 1884 a 1895, por once largos años, se desarrollaría una lucha armada, una insurrección, en los campos del litoral, que no sería nunca hasta el triunfo del liberalismo, ya que se conoció con el nombre de “Guerra de los Chapulos”. Alfaro no se dio tregua. Recurrió a todos los Gobiernos liberales de América, busco simpatía y apoyo en varios países extranjeros, animó y fortaleció a los patriotas ecuatorianos, combinó hábilmente los trabajos políticos, organizó sus fuerzas y estuvo listo en el momento en que hizo crisis el proceso revolucionario.

En este periodo escribió la deuda Gordiana, valioso estudio sobre la política financiero del floreanismo. Folleto en el que, al mismo tiempo, analiza las consecuencias, desastrosas para los pueblos latinoamericanos, de la ayuda financiera que Inglaterra facilitó para la independencia de los mismos. Recopiló los documentos e investigó en los archivos de la Biblioteca Nacional de Lima todos los materiales necesarios para pública cuestión histórica, EL ASESINATO DEL MARISCAL SUCRE, redactada por Nicolás Augusto Gonzáles, y la DINASTÍA MASTUERZO, redacta por M.R.A. Delgado y varias otras publicaciones que dirigió, inspiró y financió para estudiar los problemas políticos, históricos, económicos  y sociales del Ecuador. La hora esperada de la transformación sonó en 1895.

El Gobierno de Luis Cordero heredero de Caamaño y Flores Jijón, y su víctima también, alquiló la bandera ecuatoriana a Chile para amparar el buque de guerra Esmeralda que se lo vendía Japón, para que éste lo usara en su guerra contra china, como consecuencia de los cuales se apoderó de Formosa y Corea, que pertenecieron como colonias Japonesas hasta 1945, en que el ejército Soviético liberó Corea como resultado de su victoria en la Segunda Guerra Mundial. Los liberales se encendieron tremendamente. La izquierda: que inclusive llegó a la formación de un Partido Liberal Obrero (que se vanagloriaba aunque inexactamente, de haberse fundado antes que el Partido Obrero Social Demócrata Ruso) en el mismo que intervenían algunos elementos intelectuales como un programa de tipo reformista, que alcanzaron algunos éxitos inicialmente, pero que no pudieron desarrollar sus partido por falta de una ideología obrera.

Alfaro y el Alfarismo; dispuestos a hacer determinada concesiones a las masas, pero no más de las necesarias para mantenerse en el poder y que hicieron que Alfaro, ante las clases dominantes, siguiera siendo considerado un peligro como se  lo demostró posteriormente (a raíz de 1096) con las leyes liberales de confiscación de las tierras de la iglesia, la constitución de organizaciones de trabajadores dirigidas por dirigentes sindicales, algunos de ellos invitados a ingresar a Ecuador por el propio Alfaro.

Y la derecha dispuesta a toda clase de claudicaciones con la reacción de con tal de mantener en el poder un remedo de liberalismo, sector en el cual se colocaron elementos como Plaza Gutiérrez, Miguel Valverde, Gonzalo S. Córdova, Alfredo Baquerizo Moreno.

Las obras de Alfaro denominadas NARRACIONES HISTÓRICAS (DOCUMENTOS PÓSTUMOS), la HISTORIA DEL FERROCARRIL DE GUAYAQUIL A QUITO, exponen los problemas centrales afrontados por el Alfarismo y la forma como fueron resueltos; exponen las vicisitudes de los gobiernos liberales; expresan claramente la acción reaccionaria del conservatismo del clero y de la derecha liberal y las propias vacilaciones de Alfaro en su lucha y de la derecha liberal y las propias vacilaciones de Alfaro en su lucha por destruir a los enemigos de la libertad y el progreso . Con las fuerzas mencionadas emprendí la marcha. Llegamos a Rioverde el 14 de Julio de 1882, en donde encontré varios tripulantes del vapor Esmeraldas con su capitán, tomados prisioneros por nuestra avanzada.

Una fuerte fiebre que nos atacó al señor Valverde y a mí nos hizo perder algunos días en Rioverde. Allí se nos presentaron también algunos voluntarios. El 23 se incorporó el señor Roberto Andrade que había salido de Imbabura con tal propósito; y en el acto como un homenaje tributado a sus heroicos méritos, le nombré jefe de estado Mayor con el grado de Comandante.

Su padre al contemplar los accesos de cólera del pequeño Eloy, alguna vez, vaticinó “Va a tener vida alborotada”. Y así fue. Desde los 22 años a empuñado la las armas en diversos lugares y contra varios presidentes. Hay que añadir que no carecía de rasgos humanos simpáticos; era intachable en su vida íntima, digno y morigerado en su persona, generoso y leal con sus amigos, no insensible a las penalidades de los humildes.

En 1901 las elecciones se llevaron a cabo dentro de lo que puede llamarse marco oficial. Hubo dos candidaturas no oficiales, la de Manuel Antonio Franco y la de Lizardo García . Al frente, no hubo oposición. Apenas sabido el triunfo, comenzaron las intrigas. A consecuencias de ellas Alfaro propuso a Plaza que renunciara a la elección, a fin de lograr la unión del partido liberal, quebrantada fundamentalmente; además, comenzó la gente a hablar de un posible entendimiento de Plaza con los conservadores, lo cual llevó a Alfaro a pedirle, nuevamente, que renunciara.

Pero el electo tomo posesión del mando y desde el 1 de Septiembre de 1901 sustituyo al caudillo liberal quién se retiró a vivir en Guayaquil a semiolvido ya que no llegó a la Gobernación del Guayas como se lo había prometido Plaza.

El distanciamiento entre Alfaro y Plaza era evidente. “Los ejércitos de las dos naciones fueron movilizados; Alfaro pudo encuartelar a veintiocho mil soldados y tuvo listos veinte mil voluntarios. Entregó la presidencia de la República al Presidente de Diputados, Abelardo Montalvo, y voló era su término favorito, como el de Bolívar a comandar el ejército. Durante treinta días atendió a todo en la frontera. El Perú creyó del caso retirar su ofensivo Ultimátum” .

Su extraordinario desinterés, que lo llevó a ceder, en beneficio del País, las acciones que le obsequiaron los contratistas del ferrocarril de Sur, cuyo valor pasaba de tres millones de pesos de oro. Siguiendo la corriente nepotista del Gobierno, sonó mucho el nombre del General Flavio Alfaro, los conservadores postularon el del célebre internacionalista y eximio literato Dr. Carlos Rodolfo Tobar y Borgoño. Calló al principio el presidente, pero, después de su viaje a Guayaquil, trajo el nombre del que debía de ser el Presidente de la República sucesor, don Emilio Estrada. 
“Eloy Alfaro, llamado el Viejo Luchador, trabajó infatigablemente durante toda su vida. El nombre que por automasía le dieron; es la consagración de sus laboriosos años de combate. Gran madrugador, se le veía en pie desde las primeras horas del día dictando sus órdenes y ocupando en vitales problemas de su administración”.

General Eloy Alfaro – Presidente interino. Octubre 9 de 1896 – Enero 17 de 1897.
Presidente Constitucional (período 4 años; constitución de 1896 – 1897) Enero 17 de 1897 – Agosto 31 de 1901. 

General Eloy Alfaro, presidente interino, Octubre 10 de 1906 – Enero 1 de 1907. Presidente Constitucional (Período 4 años – constitución de 1906 – 1907). Enero 1 de 1907 – Agosto 11 de 1911; revolución renuncia.

Jefatura Suprema de Manabí y Esmeraldas.- Sr. General Eloy Alfaro. Junio 5 de 1882. Los tres gobiernos duraron hasta el 15 de Octubre de 1883.

Jefatura Suprema.- Sr. General Eloy Alfaro. Junio 5 de 1895 – Octubre 9 de 1896.

Apareció la conspiración de Manabí, célebre, porque en ella se presentó Eloy Alfaro; enseguida del embarco del joven Alfaro, a Panamá, arribó a Manta, procedente de Lima, el Cnel. Manuel Castro, rico propietario de Manabí; y con 120 hombres, atacó a Montecristi; pero fue derrotado, y todas las armas cayeron en poder del Gobierno.

En los primeros meses de destierro Montalvo recibió la primera misiva afectuosa de Eloy Alfaro, quien residía en Panamá, desde que salió del Ecuador, 1864 con auxilio de este patriota, pudo realizar su segundo viaje a Europa. Iba por curarse de heridas, de las muchas recibidas en los zipizapes de Quito.

En París se hallaban desterrados D. Pedro Carbo, D. Manuel Gómez de la Torre, D. J. M. Avilés, Dr. Mariano Mestanza, el Gral. I. de Veintimilla, los jóvenes Manuel Semblantes, y Don Manuel Cornejo Cevallos y algunos otros.

– Padres – Manuel Alfaro González y Natividad Delgado, José Eloy Alfaro nació en Montecristi el 25 de Junio de 1842

Coronel en 1864
Encargado del mando supremo de Manabí y Esmeraldas Marzo 1883
Comandante en jefe del litoral 1883
General de Brigada 2 de Febrero de 1884
General de División de Nicaragua 12 de Enero de 1895
General de División el 22 de Agosto de 1895
General en jefe del ejército 1895
Presidente de la República 13 de Enero de 1897
Gran Cordón de la Real Orden Isabel la Católica 1898
Socio Correspondiente de la Real Soc. Geográfica de Lisboa
Miembro de la Comisión Codificadora Militar 1905
Encargado del Mando Supremo Enero de 1906
Presidente de la República (interino 1906)
Presidente de la República 1907
Condecorado con el cordón de la Gran Cruz de  la Orden de la Corona de Italia 1909
Falleció el 28 de Enero de 1912

– El 6 de Marzo de 1886, Eloy Alfaro, después de permanecer más de un año en Centro América, desembarcó en el Puerto del Callao, donde, a la sazón, lo esperaban un núcleo de patriotas –
Prueba de este espíritu pacifista y tolerante le dio el Dr. Flores, a poco de haber asumido la Presidencia de la República, al ofrecer, por medio del Cónsul Ecuatoriano en el Callao al General Don Eloy Alfaro una Plenipotencia “en el país que elija el cargo que sea de su satisfacción anunciándole así mismo la cesación de hostilidades, olvidó de las ofensas y la iniciación de sólida amistad en beneficio del desventurado Ecuador”
Alfaro contestó, por medio del referido Cónsul en estos términos: “El olvido de las ofensas es lo de menos, ya que el primordial objeto es el de la felicidad de la Patria; que la amistad sólida puede también efectuarse, si concurren todas las circunstancias encaminadas; pero que es muy doloroso se propagan estas cosas, anteponiendo ofrecimientos de empleos”.

Legislativo sobre exposición nacional – Quito 1908
Mensaje del presidente de la República al Congreso Extraordinario de 1908 – Quito
Mensaje del presidente de la República al segundo Extraordinario sobre el Muelle de Guayaquil – Quito – 1908 Imp. Nacional 

Mensaje del Presidente de la República al Congreso Nacional de 1908 Quito 
Mensaje del Presidente de la República al Consejo Nacional sobre explotación de Petróleo – Quito – 1908
Mensaje del Presidente de la República del Congreso Nacional sobre las objeciones al proyecto de Empréstito – Quito – 1909

Mensaje del Presidente de la Republica al Congreso Nacional, sobre canalización  y pavimentación de la ciudad de Guayaquil – Quito 1909

Mensaje del Presidente de la República al Congreso Nacional sobre construcción de Ferrocarriles a Ibarra y Cuenca – Quito 1909

Mensaje del Presidente de la República al Congreso Nacional a favor de los Obreros de Guayaquil – Quito 1909
Mensaje del Presidente de la República al Congreso Nacional sobre modificaciones al proyecto de Empréstito – Quito 1909

Mensaje especial del Presidente de la República al Congreso Nacional, sobre protección a las Industrias – Quito 1909

Mensaje del Presidente de la República al Congreso Nacional sobre Exposición nacional de Guayaquil – Quito 1909

Mensaje del Presidente de la República al Congreso Nacional sobre Exposición Nacional de Guayaquil – Quito 1909

Mensaje del Presidente de la República al Congreso Nacional sobre reformas rentísticas – Quito 1909
Mensaje del presidente de la República al Congreso Nacional sobre canalización de Bahía y Ferrocarril y Muelle de Manta – Quito 1909
Mensaje del Presidente de la República al Congreso Nacional de 1909 – Quito 1909
Ley de reclutas y reemplazos y reglamento de reservas – Quito 1910
Mensaje del Presidente de la República al Congreso Extraordinario de 1899 – Quito 1899
Mensaje del Presidente  de la República al Segundo Congreso Extraordinario de 1899 – Quito
Mensaje del Presidente de la República al Congreso de 1899, sobre la deuda externa – Quito 1899
Mensaje del Presidente de la República al Congreso Nacional de 1900 sobre la destrucción de la aduana de Guayaquil – Quito 1900

Mensaje del Presidente de la República al Congreso Nacional sobre las reformas al decreto legislativo – Quito 1900

Mensaje del Presidente de la República al Congreso Nacional – Quito 1900
Mensaje del Presidente de la República al Congreso Nacional sobre la deuda externa – Quito 1900
Mensaje del Presidente de la República al Congreso Nacional sobre la Sociedad de Crédito – Quito 1900
Mensaje del Presidente de la República al Congreso Nacional objetando el impuesto a la cerveza – Quito 1900

Mensaje del Presidente de la República al Congreso Nacional sobre ascensos militares – Quito 1900
Mensaje del Presidente de la República al Congreso Nacional sobre el Ferrocarril transandino – Quito 1900
Mensaje del Presidente de la República al Congreso Nacional 1900 – Quito
Mensaje del Presidente de la República al Congreso Nacional sobre la extinción de la Deuda Externa – Quito 1901

Mensaje del Presidente de la República al Congreso Nacional al resignar el mando supremo  ante el Congreso Nacional – Quito

Segundo Mensaje Especial del presidente Interino de la República al Congreso Nacional, sobre Empréstito – Quito 1906

Mensaje del encargado del mando supremo de la República a la Convención Nacional de 1906 – Quito 
Primer Centenario del Primer grito de la Independencia de la América dado en Quito el 10 de Agosto de 1809 – Quito 1909

Mensaje especial del Presidente de la República a la Asamblea Nacional sobre la Ley de liberación de derechos sobre la importación de víveres – Quito 1907

Mensaje del Presidente de la República al Congreso Nacional sobre protección a las Industrias Nacionales – Quito 1908

Mensaje del Presidente de la República al Poder 
Manifestación a la Asamblea Nacional – Guayaquil – 1883
La Regeneración y la Restauración – Segundo – Panamá 1884
La Regeneración y la Restauración – Tercera – Panamá – 1884
La Revolución – Campaña de 1884 – San Salvador – 1885
Jaramijó – San Salvador – 1885
Ecuador – Deuda Gordiana Nicaragua – 1892
Ecuador – Deuda Gordiana 2 edición – 1896
Mensaje del jefe supremo de la República a la Convención Nacional – Guayaquil 1896
Mensaje del jefe Supremo de la República a la convención Nacional – Guayaquil 1896
Mensaje especial sobre la obra del ferrocarril del sur dirigido a la convención nacional – Guayaquil 1896
Mensaje del Poder Ejecutivo y bases del contrato sobre continuación del ferrocarril trasandino – Quito 1897

Decreto expedido por el Presidente de la República – Quito 1897
Mensaje del Presidente de la República al Congreso Nacional de 1898 – Quito
Mensaje del Presidente de la República al Congreso Extraordinario de 1898 – Quito
Mensaje del Presidente de la República al Tercer Congreso Extraordinario de 1898 – Quito
Ferrocarril – documentos oficiales – Quito 1898
Reglamento de Telégrafos de la República del Ecuador Quito – 1899
Reglamento expedido para el servicio del Muelle de Guayaquil – 1899
Mensaje del Presidente de la República Congreso de 1899 – Quito
Mensaje especial del Presidente de la República al Congreso Nacional sobre concesiones de aguas a la Compañía del Ferrocarril Trasandino – Quito 1909

Mensaje especial del Presidente de la República al  Congreso Nacional de 1910 sobre el Contrato al referéndum del 9 de Diciembre de 1908, celebrado con la compañía del Ferrocarril Transandino – Quito 1910

Ley y reglamento de aguardiente con el Decreto sobre reformas y ampliaciones a ese mismo – Guayaquil 1910

Mensaje del Presidente de la República al Congreso Exterior de 1910 – Quito 
Mensaje del Presidente de la República al Congreso de 1910 – Quito
Leyes reglamento sobre el Impuesto al Tabaco – Guayaquil 1910
Circular del Presidente de la República – Quito 1911
Reglamento de la Escuela Naval – Quito – 1911
Mensaje del Presidente de la República al Congreso Nacional de 1911 – Quito
Narraciones históricas 1912
Reglamento manejo de arma blanca en los cuerpos montados – Quito 1908
Contestación a una carta del Sr. Dr. Pedro Rafael González Calixto – Quito 1897
Mensaje del Presidente de la República al Congreso Nacional, sobre recompensas al Ejercito – Quito 
Mensaje del Presidente de la República al Congreso Nacional de 1900 sobre la conveniencia de que el Ferrocarril pase directamente por Riobamba y Ambato – Quito 1900

Mensaje del Presidente de la República al Congreso Nacional sobre el Ferrocarril trasandino – aumentó de gradiente entre Huigra y Palmira – Quito – 1900

Mensaje del Presidente de la República al Congreso Nacional de 1901 – Quito
Mensaje especial del Presidente de la República sobre Empréstito Quito – 1906
El Ferrocarril trasandino cartas del General Eloy Alfaro – Quito 1903
Mensaje del Presidente de la República al Congreso Constitucional sobre el agua potable, para Guayaquil – Quito 1908

Mensaje del Presidente de la República sobre el Ferrocarril trasandino – Quito 1908
Mensaje del Presidente de la República al Segundo Congreso Extraordinario – Quito 1908
Mensaje del Presidente de la República sobre ley de presupuesto – Quito 1908

Narraciones históricas documentos póstumos 1913

Editorial Fray Jodokorike – Quito 1973 
(Esta afirmación del Jesuita Severo Gómez Jurado, está en la página 209 “La Consagración”)

Borja sostiene su candidatura por capricho, afirmando: “Alfaro es peor que yo hijo de la india; presentación Delgado pues que como entre nosotros, servía de huasicama a un vicecónsul de España, un tal Manuel Alfaro que fue padre de Eloy”.

Como el Gobierno de Vicente Lucio Salazar es débil e incapaz de reprimir los desmanes en Guayaquil se crea una Junta Notable, constituida por la plana mayor de los liberales del Puerto y por dos conservadores, con el objeto de respaldar el orden y auspiciar la Candidatura de Darío Morla para la Presidencia. Mas otro Darío, Darío Fiallos tiene la habilidad para mentir a plomo.

Se apodera de la oficina telegráfica de Alausí. Trasmite a Guayaquil estas partes: “El interior está en manos de la revolución, el coronel Antonio Vega pide que le otorguen garantías personales, para deponer las armas. En Guayaquil debe hacerse lo mismo porque la lucha es ya inútil ”. 

Todo esto era una mentira. Sin embargo la patraña surtió efecto. El Gobernador de Guayaquil, Don Rafael político y miembro del partido Conservador y también el Comandante de Armas de Guayaquil, Don Reinaldo Flores, dándose de respetuosos de la opinión pública, renunciaron sus puestos ante la Junta de Notables.

Al día siguiente el 5 de Junio de 1895, los soldados del cuartel de artillería se indignan y protestan contra la dimisión pueril y cobarde. Privados de sus altos jefes, abandonan el cuartel y la ciudad y toman el camino de la sierra, para engrosar las filas de los defensores del Gobierno legítimo. Igual procedimiento adoptaron los demás cuerpos del ejército. Entonces los más rojos liberales penetraron en los cuarteles, se apoderaron de todo el armamento y convocaron al populacho, para nombramiento de jefe supremo de la República, ya no en la persona de un liberal de medias tintas como Darío Morla, sino en la persona de un liberal radical masón como Eloy Alfaro. A favor de éste se escogen 15.784 firmas, inclusive las de numerosos conservadores engañados.