Los capitanes Aguilar, Sinche, el joven Gaspar Alamiro Plaza, sobrino del Gral. Franco, habían caído prisioneros, después de que García Moreno partió de Jambelí . A su llegada a Santa Rosa supo que todos tres paseaban en la calle. Mándales aprehender: no fueron hallados si no los dos primeros y se les fusiló acto continuo, en el cementerio del pueblo. El joven plaza se había ocultado, buscándole con afán y fue sacado del escondite en altas horas de la noche. El tirano mandó fusilarlo, más revoco la orden a ruego de los suyos.
A mediados de 1869, se reunieron una noche, en la barranca de Jerusalén, los conspiradores ya nombrados, acompañados del Dr. Alejandro Cárdenas de Alejandro Cevallos de Aguilar el atormentado en Guayaquil, quien furtivamente salió del escondite. Uno de los más entusiastas, el Dr. Carlos Cáceres, se embriagó y empezó a disparar tiros de revólver. Disolviendo en el acto: por milagro no fue descubierto este proyecto. Otra conspiración más de los mencionados, el comandante Diego Pimentel, Guayaquileño confiado en Quito, el Dr. José Antonio Sánchez, quien acababa de soportar prisión y grillos, en compañía de Verdesoto, Gamarra Aguilar y otros, Juan Elías Borja, hijo del patriota que murió en la barra, Manuel María Maldonado, hijo del Gral. Muerto en el patíbulo, Rafael Gonzalo, Rafael Suárez, Rafael Quijano, Manuel María Zambrano, Antonio Marcos y los militares A. Dalgo y Gregorio Campuzano. Sánchez fue el delator; el 14 fueron aprehendidos el Sr. Alejandro Cárdenas, el Dr. Manuel Salvador Gómez de la Torre, Alejandro Rivadeneira, Manuel María Maldonado, Diego Pimentel, Manuel María Zambrano, Severo Fuertes y Manuel Cornejo Cevallos. El mismo día 14 fueron declarado en estado de sitio las provincias de Pichincha y León y el 18, toda la República. El tirano dio este proclama.