Aguilar Vázquez Carlos

1897 – 1967 La poesía de Carlos Aguilar Vásquez tiene fragancias campesinas y huele a congona y flor de retama. En sus obras completas se recoge algo así como un medio millar de producciones en verso de temático casi homogénea y de distinta extensión, en el lapso que va de 1911 a 1966, es decir, en cincuenta y cinco años de constante ejercicio intelectual que para la vida de un hombre de letras significa todo la existencia.

La poesía de Carlos Aguilar Vásquez pertenece plenamente a la escuela Cuencana, escuela intimista y provinciana y por lo mismo, familiar y casera. Al promediar el año de 1970 se comenzó a publicar la serie de sus OBRAS COMPLETAS, no con el patrocinio de institución alguna, si no bajo el patrocinio de su hija, doña Laura Aguilar Arízaga de Moreira. La colección compón ese de siete volúmenes: duró ocho años en la empresa editora Abril de 1970 Julio de 1978 y comprende dos de poesía y cinco de prosa. En sus libros se encuentran: verso, novela, prosa poética, reflexionas filosóficas, historia, fábulas, tratados científicos, narraciones, crítica literaria, periodismo, teatro, crónicas viajeras, investigación científica, biografía y lingüística (con un total de 3.323 páginas) que no están ordenados por géneros literarios, si no cronológicamente, lo cual no deja de ser un inconveniente para la consulta bibliográfica. 

Nació Cuenca 15 de Septiembre 1897
Presidente del Consejo Cantonal de Cuenca 1938
Doctor en Medicina el 5 de Octubre de 1923
Director de Estudios en Azuay 1935

Médico, ilustre escritor y poeta escribe un bello ensayo con el título de “La Mentira su etiología y tratamiento”, en el que desmenuza con profundidad psicológica esa construcción parasitaria que descansa sobre la verdad y cuyo fin es la alteración, la invención o la negación del hecho real, endógeno o exógeno.

El Dr. Carlos Aguilar Vázquez, merece un estudio más detenido, sobre todo ahora que se están publicando sus obras completas, en las que se encuentran joyas literarias de motivo médico, dignas de meditación y de comentario autorizado; sin embargo, para ceñirnos al sentido de estas anotaciones, o sea como un reencuentro histórico solamente extractaremos, lo que de él comentamos anteriormente. Ha publicado una obra poética de selección, como puede leerse en “Versos Oscuros” y “Cita de Interrogaciones ”, y en otras que corren sueltas, además de las que en presencia de la poesía Cuencana , N° 14, publicó el Dr. Rigoberto Cordero y León, en 1956. Su producción literaria de sentido estrictamente médico, encontramos en los dos folletos de estilo castizo y elegante: PAGINAS DE HIGIENE y DOS CONFERENCIAS DE DIVULGACIÓN ANTIALCOHÓLICA y en la bella novelita: DON SEBASTIAN BURGOS. Llegan al alma y la emoción brota en forma de una lágrima, como cuando en las mocedades se leía a Pedro de Alarcón, al adentrarse en las tiernas ELEGÍAS CAMPESTRES, y volar con el espíritu a la campiña, en donde, en sus últimos años, el poeta se embebía en sus selectas lecturas en la vecina ciudad de Azogues, en donde justicieramente ejerció la Presidencia de la Casa de la Cultura; y desde el 12 de Abril de 1967, día de su muerte, pasó con placer, a reposar definitivamente en la hacienda de la inmortalidad.