El hermano Adolfo Héctor de 28 años de edad, excelente profesor, muy apreciado de la sociedad cuencana por sus dotes de maestro, sufría además la parálisis completa del brazo izquierdo. Tres años más tarde llamado a Paris, donde da magistrales clases de dibujo, que se ocupa de círculos de perseverancia a favor de los jóvenes.