ANTROPOLOGO HISTORICO.- Nació en Píllaro el 3 de Mayo de 1903. Hijo legítimo de Emilio Gallardo Ati, natural de San
Miguel, en la província de Cotopaxi, Músico, cantor y pianista. Maestro de Capilla de esa iglesia y director de bandas,
quien enseñó a todos sus hijos a cantar y a tocar diversos instrumentos musicales de cuerda, y de Virginia Moscoso
Carrillo, natural de Píllaro. Nieto paterno de Francisco Ati Zumba, que murió muy joven, descendiente de los antiguos
Caciques de Mulliambato y de Asunción Gallardo Gallardo.
El mayor de una familia compuesta de ocho hermanos. Recibió las primeras letras en su casa y de labios de su abuela
paterna. Luego pasó a la antigua escuelita de San Miguel, hoy Salcedo, donde cargaba bajo sus hombros la clásica
banqueta para recibir las clases y allí estuvo hasta que aprendió lectura, aritmética y geografía. Entonces siguió a donde
los Hermanos Cristianos de Latacunga.
Cursó la secundaria en el Vicente León y tuvo por maestros a Julio Varea Quevedo autor de la Farmacopea Criolla, y a
Belisario Quevedo Izurieta, quien le inculcó su vocación a la Historia, haciéndola atractiva a base de relatos contados con
cierta fantasía e interpretación.
En 1918 se graduó de Bachiller en
Filosofía y Letras y fue Profesor de niños en Píllaro, pero al año siguiente dio rienda suelta a su afán aventurero y viajó a
Guayaquil, a trabajar de pianista, viviendo en un departamento que habitaba con algunos amigos de Salcedo.
En 1920 se embarcó de pianista en un mercante chileno viajó a los puertos de China y Japón. En Yokohama se quedó algún
tiempo enamorado y en 1921 el Cónsul Jorge Carrera Andrade lo envió de vuelta al Ecuador y para que no vuelva a salir
del país su familia consiguió que Aurelio García, Rector del Normal Juan Montalvo, lo aceptara. Allí tuvo de profesores a
los miembros de la II Misión Pedagógica alemana, que le tomaron simpatía, especialmente el de Música, Pablo Huras (1).
Egresado del Normal, se matriculó en el primer curso de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Central pero en
1925 decidió que mas le atraía la vida bohemia y empezó a trabajar como pianista en diferentes salones de Quito,
haciendo amistad con los artistas de esa época, Cristóbal Ojeda y Perico Echeverría, y hasta se metió en política desde el
28, como miembro del Partido Socialista que lideraba Benjamín Carrión.
En 1931 casó con Angélica Tinajero Albornoz, su compañera en el Normal, tuvo una hija y el matrimonio terminó por
divorcio. El 32 sacó su título de normalista tardíamente.
Entre el 32 y el 35 fue profesor de tercer grado en la escuela Eugenio Espejo y con otros militantes socialistas fundó el
grupo Belvedere, el periódico “Agora” en 1934 y sacaron el diario “El Pueblo” el 35, año en que Gallardo se convirtió en
un furibundo antivelasquista. Entre el 35 y el 36 trabajó en la escuela fiscal Chile. Ese año fue enviado por su amigo y
coideario Fernando Chávez, de Visitador Escolar a Loja, conservando dichas funciones durante 27 años hasta 1963 que se
acogió a los beneficios de la jubilación, condecorado con la Medalla “Premio al Mérito” entre los cien mejores maestros
del país, por la educación primaria.
En 1936 creó en Loja la Campaña Alfabetizadora trabajando a medias con la Unión Nacional de Periodistas. Igualmente
través de su cargo aprovechó para conectarse con el pueblo y las comunidades indígenas, descubriendo sus títulos
originales depropiedad, recopilando sus costumbres y pasado ancestral.
En 1938 influenciado por lecturas arielistas. Editó un volumen de poesía infantil bajo el título de “Hilos Claros”, El 39 “La
Escuela Rural Ecuatoriana”, ensayo pedagógico de mucho valor y dirigió la “Revista Pedagógica” de la Dirección Provincial
de Educación de Loja en 1940.
En 1942 casó en segundas nupcias con Elena Ayala Jaramilio, ha tenido cinco hijos y un matrimonio estable y feliz, Entre el
42 y el 48 editó tres Guías Didácticas para las escuelas rurales ecuatorianas, que tuvieron gran acogida y aún sirven de
modelo para elaborar programas educacionales.
A raíz de la dictadura velasquista del 30 de Marzo de 1946 que originó una persecución a las izquierdas del país, fue
cambiado por comunista a Esmeraldas, donde sin embargo le fue bien, pues hizo nuevas y valiosas amistades y hasta se dio
tiempo para escribir “Presencia de Esmeraldas y su provincia, paisaje, geopsique y etnohistoria”, ensayo regional que he
tenido en mis manos, pero que aún no le ha sido posible publicar por razones económicas. La obra era constantemente
actualizada por su autor.
En 1948 trabajó un año en la zona fronteriza con el Perú y fue el primero en hacer un censo sobre la producción de café
del cantón Puyango, comercializada a través de Zaruma. En 1950 escribió una importante Monografía cantonal que recién
se publicó en 1957 bajo el título de “Puyango es así” en 179 páginas, con historia biográfica e interpretativa de ese
pueblo.
En 1958, habiendo palpado la realidad de la educación rural lojana a través de sus funciones como Visitador, editó “La
educación rural lojana y sus programas” en 212 páginas, libro técnico, serio y pedagógico, con esquemas y un Plan
completo sobre el magisterio de esa provincia, que continuaba estudiando, pues, en 1960, dio a la luz pública “Fisonomía
de Loja”, síntesis monográfica provincial, en 117 páginas.
Por ese entonces su amigo el Dr. Luis Riofrío le conectó con el grupo antropológico que dirigían en Quito los esposos
Alfredo Costales Peñaherrera y Piedad Samaniego de Costales y comprometido a una inmediata colaboración, inició el
Estudio serio del folklore literario lojano, enviándoles valiosas informaciones que empezaron a aparecer como artículos en la
revista “Llacta”. El propio Gallardo ha declarado “Debo todo lo que he podido trabajar a los esposos Costales Samaniego,
a través de su metodología y de la comprensión y amistad de tan nobles amigos, he llegado a ser considerado el primer
folklorista literario de Loja”.
Efectivamente, su labor de recolección del pasado literario lojano abarcaba desde los lejanos tiempos de la prehistoria, a
través de versos en quichua primero y luego en quichua español.
A raíz de su jubilación pasó de Director del Registro Civil, Identificación y Dactiloscopia de Zamora, capital de la provincia
de Zamora-Chinchipe y aprovechó su permanencia en dicha región para recolectar datos e informes, los más valiosos y
variados, que le servirían para escribir un importante volumen.
En 1967 dirigió la Editorial Universitaria de Loja llevado por su amigo el Dr. José María Vivar Castro. El 71 comenzó a dictar
la cátedra de Folklore en el Conservatorio Nacional de Música de Loja, que depende de la Universidad, donde permaneció
hasta el 86.
En Enero del 68 el ilustre escritor y maestro en Ecuatorianidades Pío Jaramillo Alvarado, le obsequió en ceremonia
pública, su botón personal de oro, recibido de la Unión Nacional de Periodistas del Ecuador, en gesto de admirable
desprendimiento y amistad y como reconocimiento a la labor cultural del Profesor Gallardo, por haber logrado una
comprensión adecuada de la etnia de Loja, gesto que no repitió con nadie, dijo un chistoso por entonces, pues no tenía
más botones.
Ese año viajó invitado a Guatemala con motivo de los actos programados para conmemorar el I Aniversario de la muerte de
Miguel Ángel Asturias, siguió a Honduras como delegado al Congreso de Antropología de la Universidad de San Pedro de
Sula y a su regreso editó “Paltas, Incas y Viracochas o historia de los vencidos, en 236 páginas, libro escrito entre el 58 y el
60 en Loja.
Desde 1970 militaba en el Partido Nacionalista Revolucionario de su amigo el Dr. Carlos Julio Arosemena Monroy. Ese año
intervino en el Concurso de Novela convocado por la Editorial Alfajoara, cuyo premio único “Pío Baroja” es uno de los más
codiciados en el mundo de habla hispana y aunque no lo ganó, recibió una de las cinco Menciones por su obra novelada
“Memorial de Chañan Curi” y fue invitado con gastos pagados a Madrid; pero, enfermó, le diagnosticaron cáncer y tuvo
que trasladarse rápidamente al Hospital Territorial de Guayaquil donde fue operado de urgencia, resultando únicamente
unos pólipos benignos.
En 1972 volvió a recibir una Mención de Honor en el Concurso de Relatos del diario “El Universo” con su Memorial de
Chañan Curi. El 74 editó “Estirpes derrotadas, las Comunidades indígenas lojanas” en 15 páginas que presentó como
Ponencia al I Congreso peruano del Hombre y la Cultura Andina celebrado ese año en Trujillo, declarada la mejor
contribución extranjera a esa reunión, por ser un estudio socioeconómico muy completo de las comunidades campesinas
lojanas. También publicó “El Folklore de la salud en la provincia de Loja, producción inicial de sus investigaciones en el
inagotable venero de las antiguas costumbres lojanas, donde se representa con la máxima autenticidad su existencia e
idiosincrasia.
En 1977 sorprendió al país con su obra mayor, un libro de enorme trascendencia para la cultura, ensayo magnífico y no
superado, catálogo comentado y crítico de hechos y de personajes que han aportado a las letras, a las artes y a las
ciencias desde esa provincia de Loja. La obra tituló “Cuatrocientos años de cultura lojana” en 334 páginas y tuvo un éxito
inmediato, al punto que un librero de Quito hizo viaje expreso y le compró todos los ejemplares a los pocos días del
lanzamiento. El Instituto Hiliar de Guayaquil la declaró el Mejor Libro del Año. Hoy la obra es una rareza bibliográfica que
amerita nuevas tiradas.
“Libro sincero, repleto del espíritu esencial de una provincia también sincera, con las penas, alegrías y esperanzas desde
el pasado abolengo hasta nuestro días, trabajo esencial sobre las épocas del aborigen, colonial, republicana y el siglo XX,
siendo la primera casi desconocida por elaborada en quichua”.
En 1979 dio a la imprenta “Mensajes de Desventura” sobre la moderna fábula de la Literatura y la Historia, con crónica
varias”, en 198 páginas y “Presencia de Loja y su Provincia” que es una recopilación del folklore literario.
En 1980 fundó el Centro de Investigaciones Etnohistóricas,
Antropológicas y Agroarqueológicas CIETAMAR y editó “Pedagogía Folklórica” con principios y método para el
reconocimiento científico e interpretación del costumbrismo y el folklore artístico, ensayado durante sus años de trabajo
en el Conservatorio.
En 1981 publicó “Música, Canciones, Bailes, Negros, Quichuas, Shuaras, Etnomúsica y Folklore” en 204 páginas para sus
alumnos de folklore del Conservatorio.
En 1983 editó el primer tomo de “Mil años de cultura aborigen” en 287 páginas conteniendo un relato etnofolklórico de
ciencia ficción, en el que chocan las visiones exactas y los mitos, las moralejas y la burla mágica. La obra cuenta a través
de la técnica del escritor finlandés Mika Valían amigo personal de Gallardo, lo supuestamente anotado por un personaje
llamado Chañan Curi, en un Memorial formado por callanas, pallares, trozos de mates y legajos de telas y pieles,
depositados en el interior de dos tinacos y algunos pondos de barro hallados hacia 1560 en las ruinas de un elevado
intiguana de la antigua llacta de Taqui. El segundo tomo apareció en 1985 en 252 páginas en la misma línea del relato
imaginario de ciencia ficción y tenia en mente sacar el tercero en un futuro no muy lejano, siempre en esa línea mágica
con conocimiento de la antigüedad.
En 1984 inauguró con el director del Conservatorio Nacional de Música de Loja, Edgar Palacios, un taller de reparación y
construcción de instrumentos musicales, que dirigió personalmente por algunos meses. La inauguración se realizó
mediante una Exposición de instrumentos reconstruidos.
En 1986 fue contratado como Bibliotecario por la Subcomisión Ecuatoriana encargada del Desarrollo de la Región Sur del
Ecuador PREDESUR. El 88 editó “La Provincia Amazónica de Zamora-Chinchipe y sus Shuaras” en 358 páginas, trabajo bajo
muy completo, pues parte de los datos generales de esa extensa zona del suroriente del país, trae material antropológico
y social de primera mano, fruto de su estadía de cuatro años de numerosos viajes por el interior de esa región amazónica.
Mantuvo inéditos numerosos trabajos tales como “Mensajes escritos a bordo del anhelo” con rasgos autobiográficos
muy humanos y “Morfología de la cultura ecuatoriana” que obtuvo en 1983 el Primer Premio
consistente en 60.000 sucres, en el Concurso Nacional de Historia promovido por el Ministerio de
Educación.
Su labor como antropólogo histórico en Loja estaba encuadrada en la investigación de los lugares
donde estuvieron los primitivos asientos humanos precolombinos y en el diálogo sostenido con las
Comunidades actuales, guiado por un sentimiento de la vida y psicología humana, extraída
durante su trajín en el amoroso arte de enseñar. Nadie como él ha llegado a conocer tan
íntimamente el sentimiento y la inteligencia campesina lojana en los tiempos contemporáneos.
Vivía con su esposa y varios hijos en una casita propia ubicada en la calle Juan de Salinas No.
1.450 donde tenía una bien ordenada Biblioteca y numerosos tiestos arqueológicos. Robusto y sano a pesar de su avanzada
edad, vivía alegre y jovial. Diariamente salía la calle, tocaba el piano en su casa, conversaba y enseñaba a sus numerosos
visitantes, pero murió tras ocho días de gravedad el miércoles 6 de Enero de 1991 de casi 88 años de ^ edad.
Su estatura baja, trigueño, ojos negros y miopes pelo entrecano, hablar ágil, agradable y con
pasión. Pensaba que Loja estaba viviendo de valores pasados a pesar de tener una juventud
valiosa aunque politizada, cuyos miembros pugnan entre sí por el dominio de las instituciones y la
dirección de la vida provincial, antes que por el adelanto de Loja.