129. Leocadio Llona, Prócer olvidado

Nació en Guayaquil en 1.797, en familia aristocrática y de la primera distinción, fue perseguido en 1.818 por el Gobernador Mendiburo por sus ideas, expresiones y actitudes patrióticas. Casado en enero de 1.822 con Antonia Marcos y Crespo, Prócer de la Independencia, el 9 de octubre salió a las calles en la madrugada y condujo a gran número de vecinos al edificio del Cabildo donde se reunió el pueblo a las diez de la mañana y declaró la independencia. Antes de abandonar el salón firmó el acta abierta firmante del Acta abierta

De allí en adelante – transformado en un agitador permanente – junto con José Cacao concurrió al Colegio Electoral reunido el 8 de noviembre siguiente como Diputados por el pueblo de San Lorenzo de Jipijapa, y votó a favor del Reglamento Provisorio que se aprobó el día 11 e hizo las veces de constitución de la Provincia Libre y Soberana de Guayaquil.

En 1.821 fue Procurador General del Cabildo y habiendo amistado estrechamente con el General Sucre se volvió  activista bolivariano,  de manera que  el 13 de Julio de 1.822, dos días después de la llegada del Libertador a nuestra ciudad, encabezó con  algunos vecinos  la solicitud de anexión de la Provincia Libre y Soberana de Guayaquil a Colombia y cometió el error de arriar el glorioso pabellón bicolor de Guayaquil Independiente del malecón de la ciudad, para izar el tricolor colombiano, acción que le atrajo el odio de los elementos tradicionales de la ciudad que jamás le perdonaron, haciendole el vacío social (Gabriel Pino Roca escribió en sus Leyendas y Tradiciones: Cierto personaje convertido en energúmeno, recorría las calles de la población seguido del populacho y de no pocos soldados colombianos disfrazados de paisanos, dando estentóreos vivas al Libertador y a la República de Colombia. Llegados a la casa que habitaba don Simón, arrancaron la bandera guayaquileña que flameaba en una asta que había en el centro de la calle y subieron el Iris colombiano con esta inscripción: La América del Sur, libre por la República de Colombia. ”I Bolívar declaró que la provincia quedaba bajo su protección. No valieron protestas ni discusiones. Los miembros del Colegio Electoral que no abandonaron sus Curules, complacieron al Gigante y nos colombianizaron. Al día siguiente apareció un letrero de madera clavado a media asta, con la siguiente leyenda: “Aquí tremoló la intriga / un tricolor, / sostenido por la fuerza; / Con mengua de los derechos / del pueblo guayaquileño. // y no era para menos pues durante la campaña emancipadora de 1.820-22 nuestra ciudad había sacrificado más del cincuenta por ciento de los hombres en edad de luchar y gastado la mayor parte de sus riquezas) 

De allí en adelante, transformado+ en sujeto de la entera confianza de Bolívar, y convertido en el abogado de moda, mantuvo una situación preponderante. En 1.826 fue electo Juez de Hecho, pero al mismo tiempo el parentesco con su cuñado el Intendente del Departamento de Guayaquil General Juan Paz del Castillo, quien estaba casado desde 1.823 con Micaela de Llona y Rivera, y su amistad con los militares colombianos eran otros factores en su contra, pues la ciudad empezaba a cansarse del elemento extranjero. En 1.828 abandonó a su esposa por la bellísima dama colombiana Mercedes Echeverri Llados, con quien formó una nueva familia. Vivieron en la quinta de Llona, ubicada en la esquina suroeste de Luque y Chile.

Estaba considerado el mejor abogado penalista de la ciudad y gozaba de toda la confianza y simpatía de las autoridades, pero al separarnos de Colombia en 1.830 disminuyó su influencia. En 1.833 volviose impopular al patrocinar a un militar colombiano apellidado Casanova, quien había cometido estupro en mujer menor de veintiun años y luego acusó al padre de ella por injurias. En el Jurado, que fue público como entonces era costumbre, Vicente Rocafuerte, acabado de regresar de México, estando entre el público se levantó de improviso, comenzó la defensa del anciano acusado y lo sacó libre entre el aplauso y griterío de los asistentes. Rocafuerte usaría este incidente para atacar en el Congreso a Llona, quien concurría como Senador por la provincia del Guayas y era gran partidario del gobierno de Flores y al asumir la presidencia en 1.835 Llona tuvo que exiliarse en Cali donde vivió varios años en la finca La Arcadia, propiedad de los parientes de su esposa. Finalmente radicaría en Lima donde falleció en relativa pobreza // I mi Padre proscrito, triste, anciano / bajo el brazo durísimo, de hierro / de su destino, reluchando en vano, / su vida en el suelo terminó lejano / en las perpetuas ansias del destierro! // De donde se desprende que el Dr. Llona y Rivera quiso regresar a Guayaquil, aunque no pudo y eso le causaba una intensa pena.